¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Adriana Barba

Puebla, México, 23 de julio de 2021 [00:02 GMT-5] (Neotraba)

Tengo semanas viendo las mismas frases en redes sociales, algo así como, “sana o a tu niño interior” “reconcíliate con tu niño interior” “transforma las heridas de tu infancia”. Fue tanta la insistencia que decidí buscar sobre el tema. Estaba convencida y por alguna razón lo veía en toda partes, aun cuando no me atrevía a hablar de eso.

Recuerdo que en 2015 vi un video de la empresa Arti Creativo, querían –obvio– promocionar una mesa de juegos, pero invitaban a personas de diferentes edades para después hacerles unas preguntas sobre su infancia. Después de varios cuestionamientos salía una niña o un niño vestidos igual que los adultos –simulando que era su niño interior y se abrazaban fuerte muy conmovidos.

Posterior al video yo también me conmoví, y como soy muy buena visualizando pude hacer el ejercicio de verme de pequeña, en mi cumpleaños número cuatro, celebrándolo. Como siempre he sido bien llorona, imaginé llegar antes del pastel. Ok, para esto tuve que ver las fotos de esa fiesta y ver a toda la gente que estaba presente, para después llegar a la casa de mis padres pero de 1987, con un vestido largo y tacones, me fui directo a mi niña interior y le dije a los ojos: “oye, estás tan linda, no importa que te hayan regañado por trasquilarte el fleco días antes de tu piñata, no quiero que llores ahorita que te canten las mañanitas, sonríe, disfruta, todo está lindo, abrirás muchos regalos”, ¡yeahhh! la abracé muy fuerte, para que ese abrazo lleno de orgullo por lo que será en el futuro se le quedará impregnado en la piel.

Todavía recuerdo su mirada, mi mirada a los cuatro años, emocionada por las Barbies, después de ese día no volví a escuchar del tema, yo sin leer ni investigar nada, sentí que me funcionó.

Después de dos años trabajando con un montón de prejuicios heredados que me envolvían y creencias limitantes que no me dejaban avanzar supe que tenía que arreglar cosas con mi niña interior.

Pero ¿quién es el niño interior?

Esto es un concepto nacido de la terapia Gestalt, es la estructura psicológica más vulnerable y sensible de nuestro “yo”.

A grandes rasgos, puedo mencionar que se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia.

Dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interiorizamos, el niño interior puede ser una “personita” alegre, optimista y sensible o por el contrario, alguien temeroso de la vida, enojado todo el tiempo e irritable.

Conforme pasa el tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser pero sale siempre a la luz en ciertas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos enfrentar un proyecto que necesita mucha imaginación o cuando revivimos un miedo que, como adultos, no debería atemorizarnos.

La mayoría de las personas no nos damos cuenta de la existencia de este niño interior, pero en ocasiones es él quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias.

¿Te suena familiar?

Sanar al niño interior es un camino de autodescubrimiento porque deberás regresar en el tiempo para descubrir cuáles han sido esos eventos negativos que aún no has podido –desde el punto de vista emocional– y que te mantienen atado a al pasado.

Cuando liberamos el dolor le ayudamos a nuestro niño interior a sanar y podemos mirar al futuro. Claro volver al pasado con heridas que aún no sanan siempre va a ser doloroso, pero juntos podrán ser libres y vivir una vida plena.

Puede usted creer o no creer en esto, pero, nada pierde con intentarlo, piense bien y dígame ¿de qué le tiene que pedir perdón a su niño interior?

Inténtelo y abrácelo mucho, por los momentos del pasado donde a su niño interior, nadie lo abrazó.


¿Te gustó? ¡Comparte!