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Por Eduardo Vilches

Puebla, Puebla a 17 de diciembre de 2020 [00:01 GMT-5] (Vertedero Cultural)

(((((/*))))) o Ecos del Volcán (2019), es el segundo documental codirigido por el artista y realizador zoque Saúl Kak y el director estadounidense Charles Fairbanks. Esta etnografía sensorial nos habla de la resistencia y la memoria colectiva de una población chiapaneca que fue desplazada tras la erupción del volcán Chichonal en 1982. A través de esta conversación, Saúl nos relata el proceso de retratar a su propia comunidad. 


Eduardo Vilches.  ¿De dónde nace la necesidad de contar esta historia?

Saúl Kak.  Yo soy originario de Nuevo Esquipulas Guayabal, Rayón en Chiapas, es una comunidad que tras la erupción del volcán Chichonal, fue reubicada en distintos municipios del estado, así como a otros lugares del país. Sentía la necesidad de contar qué pasó después de la erupción, hablar sobre qué ocurrió con las personas que vivieron esta tragedia. Charles Fairbanks y yo habíamos estado trabajando en nuestra primera película: La Selva Negra (2016) y a la par, filmábamos este documental, precisamente para reflejar la situación que vivimos los pueblos. Hoy en día, también existen amenazas que acechan a los pueblos zoques. Esta región es rica en recursos naturales por lo que resulta atractiva para la construcción de megaproyectos, los cuáles, han sido gestados a base de engaños hacia la comunidad. Siento un compromiso con mi pueblo para alzar la voz y mostrar la lucha que vivimos, sin dejar de lado la memoria de nuestro pasado. 

EV. En el cortometraje conocemos a la comunidad a través de los megáfonos y sus espacios, ¿cómo llegaron a decidir mostrarnos al pueblo de esta forma?

SK. Esta es nuestra segunda película juntos, Charles y yo queríamos abordar una estética en la que los sonidos tuvieran una presencia fundamental. En Rayón, al igual que en otros pueblos de México, la forma principal de comunicación es a través de los sonidos, por medio de altavoces o perifoneo. En esta parte de la región, antes no existía un medio de comunicación masivo propio, siendo chiapanecos a veces ni siquiera recibíamos información de Chiapas, la información que nos llegaba por radio, provenía de Tabasco. Así que los pueblos, de manera orgánica, buscaron una forma de comunicarse. Hasta la fecha, los altavoces siguen siendo el medio de comunicación más efectivo de la comunidad.

Fotograma de la película “Ecos del volcán” de Saul Kak

EV. De cierta manera, tú también formas parte de los ecos del volcán, de esta memoria colectiva, ¿Sientes que este tipo de trabajos artísticos han logrado despertar interés en las generaciones más chicas de la comunidad para contar sus propios relatos?

SK. Este fenómeno natural marcó a nuestros padres, provocó un trauma severo en ellos, perdieron todo y tuvieron que rehacer su vida. Recuerdo que mi padre me contaba lo feliz que era allá en Chapultenango, la tierra era fértil, cualquier cosa que necesitaban la tierra se las proveía. Las reuniones alrededor del fogón, eran un momento doloroso donde nos contaban cómo tuvieron que vivir aquel éxodo. Ahora nosotros somos los encargados de preservar esas historias, de transmitirlas de generación en generación. Yo sentía la necesidad de que esto no debe quedarse solo en la memoria de nuestro pueblo, también tiene que mostrarse al mundo cómo vivimos los pueblos que hemos sido desplazados. En muchas ocasiones se nos discrimina por eso, nos llaman invasores.  Me hace pensar en la migración actual, en la caravana migrante conformada por hermanos de Centroamérica, que están en una búsqueda del sueño de una vida digna. Por desgracia, es común escuchar a nuestros paisanos discriminar a los migrantes. Todo esto tiene que cambiar, por eso creo que de alguna manera es importante nuestro documental, buscamos generar el diálogo alrededor de los pueblos desplazados. Quisiera mencionar la situación de Nuevo Carmen Tonapac en el municipiode Chiapa de Corzo, que se encuentra tan solo a veinte minutos de la capital chiapaneca y, sin embargo, ha sido olvidada por las autoridades. Después de ser reubicados, a la comunidad se le prometieron apoyos para comenzar de nuevo con sus vidas, esa ayuda nunca llegó. Hasta hace poco se comenzó con la instalación de drenaje y de pavimentación.  Según el discurso oficial, fueron más de dos mil muertos tras la erupción del volcán, no obstante, no existe un cálculo exacto de los desaparecidos. Es más, durante la erupción se le dio prioridad a la evacuación del ganado y del café, hasta el final, la gente. En otros casos, como el del municipio de Francisco León, las autoridades retuvieron a la población, el municipio quedó sepultado. Es una historia de dolor que nos persigue hasta la actualidad. Para los zoques, el volcán no solo representa destrucción, también es nuestra madre tierra, es sagrado y debemos defenderlo de los megaproyectos, se pretende abrir una planta geotérmica, pero nunca se piensa en el pueblo, se nos hace a un lado. Cuando comenzábamos con la película, le platiqué a Charles que yo quería hablar de mi cultura y de su riqueza. Por desgracia no hay mucha información acerca del pueblo zoque, pero también lo vi como una oportunidad para comenzar a escribirla y en el proceso, honrar a los que perdimos. Junto con Charles, creamos un buen equipo, nos volvimos solidarios para poder contar esta historia. Fue un proceso de seis años, con muchas limitaciones y pocos recursos, pero lo hacemos con mucho amor. 

EV. ¿Cuáles son los siguientes proyectos para seguir reescribiendo la historia zoque?

SK. La siguiente película es sobre un grupo zoque ubicado en Massachusetts, Estados Unidos. Queremos filmar cómo es su estilo de vida y hasta dónde ha llegado el pueblo zoque. Se llamará: La Casa Grande. Dentro de la cosmovisión zoque, entendemos el mundo como un jaguar y en él, vivimos todos. ¿Quiénes crearon las divisiones y las fronteras?


Esta nota se publicó originalmente en Vertedero Cultural:


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