¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Javier Gutiérrez Ruvalcaba

Ciudad de México, 3 de septiembre de 2023 (Neotraba)

Hija de inmigrantes judíos ucranianos, nacida en la Ciudad de México el 28 de enero de 1930, Margarita Glantz Shapiro o Margo Glantz como gusta se le diga, desde temprana edad fue intelectualmente muy inquieta, y quien en una entrevista para Gaceta UNAM, fechada el 27 de enero del 2020, reconoció que su amplio bagaje cultural se inició siendo pequeña y no únicamente leyendo novelas rosas y folletines, como muchas niñas inquietas de su edad, sino literatura más de fondo. “Como mi papá era poeta, llegó a México con muchos libros, la mayoría escritos en ruso y en yiddish, la lengua de los judíos azkenazi del centro y el este de Europa. A medida que aprendía el español, añadió libros en español a su biblioteca. Mis primeras lecturas fueron de aventuras: Salgari, Verne, Dumas (…) Más tarde leí obras de Víctor Hugo, Shakespeare, Dostoievski”.

A los catorce años, siendo miembro de una organización judía de izquierda llamada Hashomer Hatzsir, cuyas instalaciones tenían una biblioteca circulante se encontró con otros autores que la forjaron en su andar por las letras. “Ahí leí a Mann, Broch, Wasserman, Dos Passos, Faulkner, Tolstoi, Balzac, entre otros”.

Al leer un libro de su padre, La metamorfosis, en traducción de Borges, conoció al argentino sin saber que era precisamente él. “Su manera de traducir se parece a la manera en que escribía sus propios libros, que leí muchos años después. Las palmeras salvajes, de Faulkner, también lo leí en traducción de Borges. Tendría yo como quince o dieciséis años. Era muy tímida y no hacía otra cosa más que leer”.

Novelista, ensayista, periodista, traductora, cronista y fundadora de revistas, la autora de Las genealogías posee una currícula impresionante, tal como lo asienta la Enciclopedia de la Literatura en México, acervo digital de la Fundación de las Letras Mexicanas.

Leemos que obtuvo la Maestría en Letras Modernas en la UNAM y el doctorado en Letras en La Sorbona, París. Ha sido profesora visitante en las universidades de La Jolla, Irvine, París, Yale, Cambridge, Rice, Princeton, Berkeley, Harvard, Stanford, Barcelona, Londres, Viena, Düsseldorf, Siena, Buenos Aires, Santiago, entre otras, así como profesora emérita de la UNAM, desde 1994.

Fue estudiante patronada del Gobierno Francés (1954-1958); becaria de El Colegio de México (1954-1956); colaboradora de Radio UNAM (1963-1990); fundadora y directora de Punto de Partida (1966-1970); coordinadora de la cátedra Sor Juana Inés de la Cruz de la FFyL (1995); directora del Centro de Lenguas Extranjeras de la UNAM (1970-1971), del Instituto Cultural Mexicano-Israelí (1966-1970), de Publicaciones y Bibliotecas en la SEP (1982), de Literatura en la UNAM (1967) y en el INBA (1982-1986).

Ocupó el cargo de Ministra de Asuntos Culturales de la Embajada de México en Inglaterra (1986-1988). Estuvo como miembro del consejo editorial de Deslinde, del consejo de redacción de Revista de la Universidad de México, del comité editorial de Siglo XXI (1990-1996) y como Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua (1995).

También fue miembro del consejo asesor de la Fundación Luis Cardoza y Aragón (1997), del Centro de Escritores Civitella Ranieri (Italia, 1997), del Centro de Estudios de Historia de México de CONDUMEX (1995), de la Sociedad Mexicana de Bibliófilos (1996).

Tradujo obras de George Thompson, E. A. Wright, Jerzy Grotowski, Georges Bataille, Thomas Kyd, Henry Fielding, Peter Weiss, Tennesse Williams y Michel de Ghelderode. Su obra se ha traducido al inglés, francés, portugués e italiano. Ha colaborado en El Día, Excélsior, La Cultura en México de Siempre!, La Jornada, Los Universitarios y Unomásuno.

Asimismo estuvo como Regent Scholar en la Universidad de California, Irvine, 1986; Council of the Humanities Fellow en la Universidad de Princeton, 1994; Welford Thompson Scholar, Cambridge, 1994. Nominada Miembro del Consejo Asesor del ALLCA XX S, Colección Archivos, UNESCO, Universidades de Paris y Poitiers, 1996. Miembro del Program of Latinoamerican Studies, Universidad de Princeton, 2001-2004. Miembro del Consejo Asesor de la editorial Vervuert, Madrid-Frankfurt, desde 2001. Becaria de la Fundación Rockefeller, 1996; y de la Fundación Guggenheim, 1998.

Se le nombró Miembro del SNI desde 1985 e investigadora emérita desde 2004. Preparó la página de Sor Juana Inés de la Cruz para la Biblioteca Virtual Cervantes de la Universidad de Alicante, además. ganadora del Premio Magda Donato 1982 por Las genealogías. Premio Xavier Villaurrutia 1984 por Síndrome de naufragios. Premio Universidad Nacional 1991. Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2003 por El rastro. Premio Nacional de Artes y Ciencias (Lingüística y Literatura) 2004. Premio de Literatura en Lenguas Romances 2010 de la FIL de Guadalajara. Premio Nacional Malinalli 2010. Medalla de oro Bellas Artes otorgada en 2010. Premio al Mérito Cultural “Carlos Monsiváis” 2012, otorgado por el GDF. Presea Sor Juana Inés de la Cruz 2018.

A sus 93 años, Margo Glantz es una de las literatas que le han sabido sacar jugo a las redes sociales, siendo Twitter (hoy X) donde mejor se acomoda. No le intimida que la fluctuación de edad de quienes más activos están en la red del ex pajarito sea entre los 35 y 49 años.

Ya lo había corroborado en 2019, en el encuentro “Mil jóvenes con”, durante la FIL Guadalajara, donde se confesó amar a Twitter (hoy X), donde hoy es toda una “tuitstar”. Inició su andar en esta plataforma recién iniciada la década de los 2010. “Me di cuenta que podía ser muy útil, porque fue un espacio que permitió que en los países árabes hubiera una rebelión, que provocó cosas muy interesantes. Me impactó que 140 caracteres (como era en aquel entonces) pudiera lograrse un movimiento tan importante”.

Lo que más le llamó la atención de esta herramienta es que se podía pensar como si fueran aforismos o algo tan potente como un haikú. “Siempre fui tuitera. Mis textos no funcionaban con las categorías de las editoriales, por eso no pude publicar hasta los cuarenta y siete años. Yo voy juntando los fragmentos a la manera que se produce un mosaico que ensamblado va tomando una forma inteligible”.

En otra entrevista, esta para el portal Aristegui Noticias reafirmó lo bien que se lleva con esta tecnología. “Empecé a usarlo en 2011 y desde los noventa comencé con Internet. En 1988 inicié a escribir todo en computadora. Me interesan las nuevas formas de comunicación digital. Creo que Twitter favorece el fragmento, una de las figuras esenciales de mi escritura. Manejo un poco lo que sería un mosaico con pequeñas piedras que juntas dan una identidad distinta a cada piedra hasta formar un todo. Twitter solía ser un desafío, había que decir cosas inteligentes, informativas e ingeniosas en 140 caracteres”.

En otra conversación, para el diario Reforma confesó que, aunque no tenga nada que decir y se sienta absurda, si no escribe, se siente como en falta. Es indistinto donde comparte con esa plataforma, puede ser desde su smartphone o su lap top, pero eso sí siempre que realiza esta acción escucha a Shubert o Chopin.

Podemos encontrar en su cuenta desde quejas por los malos servicios públicos hasta retuits de memes. Difunde notas periodísticas culturales, convocatorias y es muy crítica ante los feminicidios.

Al momento de redactar estas líneas, la también autora de La cabellera andante y amante del calzado, sigue a 822 cuentas y posee 75,300 seguidores (hasta el día de hoy). Pocas veces es cuestionada, pero el día que se quejó de los puestos callejeros de comida que pululan en su amado Coyoacán fue tundida en todas las redes sociales. Dijo: “Coyoacán cada vez peor. Puestos fritangas en todas las calles, no es parte de una ciudad sino un tianguis gigantesco”.

El tweet que subió el día que esto escribí estuvo dedicado a la directora de Barbie. “En su utopía llamada (la tierra o nación de ellas) la escritora estadounidense Charlotte Perkins Gillian concibe, a principios del siglo XX un mundo gobernado sólo por mujeres, hubiera debido consultarlo la directora de Barbie.


¿Te gustó? ¡Comparte!