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Por Zaira Eliette Espinosa

Nuevo León, 5 de mayo de 2023 [00:10 GMT-6] (Neotraba)

“El traductor es un escritor privilegiado que tiene la oportunidad de reescribir obras maestras en su propia lengua”, Javier Marías.

Natalia Azarova es una poeta rusa nacida en 1956. Se conoce de ella que comenzó a escribir poesía a los 45 años. A la fecha, luego de diez libros publicados su obra ha sido traducida a trece idiomas.

Sandra Santana es la traductora al español del libro Inmortal a veces, una edición con varios apartados de la poesía de Azarova. En este libro, Santana menciona la necesidad de establecer una cercana comunicación con la autora para poder darle sentido a los textos y a esa “lógica interna de su constitución”, buscar “palabras, giros y ritmos” para configurar los textos, a lo que yo añadiría “reconfigurar” la obra.

Ante la poesía de Azarova, Santana como traductora advierte el suceso clave de esa reconfiguración, aquel que también está relacionado con lo visual y la estructura del poema. Una mancuerna entre el sonido y el orden de las palabras. Leemos guiones largos, espacios en cascada, tamboreos de sílabas, conjunciones huérfanas y aisladas entre versos.

Veo las versiones en español e intento imaginar los textos en ruso, el mapeo de tantos símbolos y su lectura con una voz recia y suave a veces, nunca aguda, quizás un poco susurrante como si de leer secretos se tratara.

La poeta habla de “calzar la existencia” y cuestiona “¿quién eres tú para sobrevivir?”, profundiza en verdades políticas y paraísos enfurecidos cuando metaboliza su mirada, o bien su vivencia, en el apartado –Revolución, un poema didáctico.

En otras secciones como Cosmogonía o Bañistas chinas, Azarova disipa tonos intimistas y contenidos en escenarios de lo cotidiano, entre aquello medio abismal de un mundo “despiojado hasta las broncas” y la idea de una pájara felina.

El trabajo de traducción de Santana es una hazaña particular. Resuelve versos que me gustaría imaginar cómo se dirían en ruso, pero que en español son y suenan como: “una pajaritud lila y una suave poderosidad”.

Un ángulo del lenguaje que pudiera parecer complejo, pero es tal cual en un paisaje: pajaritud lila y una suave poderosidad, recreación y reconfiguración del lenguaje. Santana hace acercamientos a lo experimental, a lo mismo que Azarova practica desde hace muchos libros en su poesía. #leamosescritoras

Inmortal a veces de Natalia Azarova (Círculo de Poesía, 2019).


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