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Ludwig Zeller foto de Pascual Borzelli Iglesias.
Ludwig Zeller foto de Pascual Borzelli Iglesias.

Por Pascual Borzelli Iglesias/Óscar Alarcón

Puebla, México, 4 de agosto de 2019 (Neotraba)

Ludwig Zeller, poeta chileno, además de artista plástico que se encontrara cercano al Surrealismo, movimiento artístico de vanguardia, murió el jueves 1 de agosto de 2019.

Tenía 92 años de edad, y desde el año 1993 vivía en el estado de Oaxaca. Nació en Río Loa, Chile, realizó estudios universitarios en Santiago, en 1951 se publicó su traducción de Grandes elegías de Hölderlin.

Ludwig Zeller con su esposa Susana Wald foto de Pascual Borzelli Iglesias
Ludwig Zeller con su esposa Susana Wald foto de Pascual Borzelli Iglesias

Entre sus libros más recientes se encuentran: Salvar la poesía, quemar las naves (1988); Zeller sueño libre (1991); Río Loa, estación de los sueños (1994); Los engranajes del encantamiento (1996); Imágenes en el ojo llameante (1999); El embrujo de México (2003) Preguntas a la médium y otros poemas (2009); Encuentros oníricos (2012).

Ludwig Zeller y Raúl Zurita foto de Pascual Borzelli Iglesias
Ludwig Zeller y Raúl Zurita foto de Pascual Borzelli Iglesias

Como artista plástico se le reconoce por sus trabajos en collage, técnica que reconoce también en su poema “La cola es al collage” publicado en 1999, que reproducimos a continuación:

Al poeta Juan Jorge Bautista

Ya he recortado todos los papeles. He llegado

A ese borde de los años cuando se mira atrás en el fracaso.

Todo está derramado por los suelos, cuchillos y colores y papeles,

Esperando que vuelva con mi nudo de fiebre en las orejas

Y peque para siempre una pata de pájaro a la luna,

Un sol al ojo, un verde al amarillo.

.

Cae el polvo. Escarbando, escarbando encuentro a las beatíficas

Señoras, sombreros y botines, ropa interior de cuero.

¡Qué carajos!

Todas apolilladas en las tumbas,

Semillas de otro sol, el grabador les dio cien años

Más y puedo verlas recorrer esas páginas

Del libro y Ser otras, casi las mismas mariposas.

Las tijeras no juzgan, cortan trapos de tinta y salta el escorpión

Que guardaban secreto entre sus piernas.

Ahora no recuerdan,

Sólo son mitad máquina, mitad hembras. Muestran su corazón

Tras de las plumas de un abanico que arrebata el tiempo.

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