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Por Yorleni L. Rojas

Puebla, México, 21 de agosto de 2023 [00:01 GMT-6] (Neotraba)

Me subí al Uber en la parte de atrás.

El chófer parecía amable.

Quiso tomar un atajo para saltar un semáforo, esa intención no me alteró porque era un atajo que yo conocía. No pudo hacerlo y se rio, me dijo lo que pensaba hacer y se dio cuenta de que al hacerlo terminaría detenido en otro semáforo rojo.

–Sí, eso es lo que iba a suceder.

–Ya me ha pasado antes. Mejor espero aquí.

–Hay un dicho, ¿no? El perezoso y el mezquino… dos veces al camino.

–Es el burro y el mezquino, usted lo quiso poner bonito.

–Bueno es que yo así me lo sabía. Así me lo dijeron. Una vez mi papá me mandó a lavar el baño y estaba muy enojada por tener que hacerlo, tallaba la pared del baño con coraje. Un espejo estaba pegado en la pared y entonces le pegué en la esquina con la escoba y bueno, se rompió y yo me corté en la mano. Fui con mi papá y él me echó agua y alcohol, puso un intento de venda y me envió de regreso a lavar el baño, yo creí que al ver mi mano herida me dejaría sin hacer nada, pero no y fue cuando me lo dijo: “El perezoso y el mezquino… dos veces al camino. Vete a terminar de lavar el baño.”

–Hay otro dicho: Nadie escarmienta en piel ajena.

–Uyyyy ese es buenísimo y pues sí.

–Yo veía a mi hermano llorar mucho por una exnovia, cuando terminaron ni comer quería y yo me burlaba de él. Le decía que era un maricón, que mujeres había muchas. Aaaahh pero ¿qué tal cuando ya me tocó a mí?

–Iiiiihhhh ¿dolió?

–Muchísimo, no comía, yo tiraba la comida en el bote sin que se dieran cuenta y mis hermanas se reían de mí ahora. Mi hermano no, él me daba buenos consejos. Me decía que podía amarla aún pero que me amara más a mí. Que ya no le hablara de regresar.

Yo iba en sexto de primaria, veíamos juntos caricaturas. Me dejó así de la nada, de repente y yo lloré mucho. Todos me decían: ni que hubiera sido tu esposa. Pero a mí me dolió, mucho, fue lo más fuerte. Yo creo que todos hemos pasado por ahí. ¿A usted ya le toco?

–Ya, tenía veinticuatro años. Y cómo dolió, como dice usted… no comía, no dormía, me pasaba horas viendo por la ventana de noche esperando si él llegaría.

–Qué bueno que sobrevivimos a eso.

–Estamos hechos para sobrevivir a todo, para aguantar.

–Ojalá nunca más tengamos que pasar por eso.

–Nos va a tocar de nuevo, cuando la muerte llega es otro dolor.

–Usted es de los míos, piensa en que lo más feo puede y va a llegar.

–Es mejor estar bien plantados, pensar en lo que viene para prepararnos.

–Aun así, yo creo que nada nos prepara.

–Fue un gusto traerla en su viaje, que tenga un excelente día.

–Gracias, que le vaya bien.

Al ir subiendo las escaleras del edificio vino a mi mente una conversación que tuve con Nico.

“No podés vivir así, boluda” “No podés vivir pensando que todo se va a acabar.”

Pero sí se puede. Desde que tengo memoria.

Seguramente algunes aquí se identificarán con esa sensación.

Estás en un buen momento en tu vida y de repente… algo malo puede pasar en cualquier momento. Pero si ya es así, pues… ¿para qué me mortifico? Y al poco rato ¿pero y si pasa esto o lo otro?

–Yoyo ¿por qué te imaginas lo peor?

–Así, si no pasa, puedes disfrutar más lo que tienes.

–Pinche lógica fea.

–Uy pues perdón.

Los pesimistas abundamos en el mundo y posiblemente nos haga falta más personas que vean las cosas bonitas… pero jajaja el panorama ni pinta tan chido como para pensar que realmente va a mejorar… “Tiempos oscuros se acercan, Harry” y efectivamente.

Está cabrón pretender que realmente vendrán mejores tiempos, que si las potencias mundiales tienen acceso a armas nucleares, que si los alienígenas nos quieren abducir más o conquistar, somos un chingo aquí, que si nos matan, que si la pandemia y las mil y una mutaciones de un virus, sólo hablando de uno porque bueno, los virus y bacterias mutan… es lo que hacen… buscan sobrevivir.

Todes andamos sobreviviendo, algunes sí viviendo… ¡felicidades!

Tampoco es que no sea feliz con mi vida.

Tampoco es que no quiera vivir más para todo lo que está por llegar.

Tampoco es que deteste a la gente que ve el vaso más lleno que vacío… mentira, sí les detesto un poquito.

Bruce alias Brucencio. Él sí es bonito. Foto por cortesía de Yorleni L. Rojas
Bruce alias Brucencio. Él sí es bonito. Foto por cortesía de Yorleni L. Rojas

En fin, vivan su vida como pinches quieran sin lastimar, herir o pasar encima de otres.

Y siempre lo diré… ¡Arriba les pesimistas!

Aquí no es sesión de coaching motivacional.


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