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Mauricio Bares foto de Ale Meter
Mauricio Bares foto de Ale Meter

Por Óscar Alarcón / Luis J. L. Chigo

Puebla, México, 01 de febrero de 2020 (Neotraba)

Pensar en la figura de Mauricio Bares remite inmediatamente a su trabajo en una de las editoriales independientes más importantes del país: Nitro/Press. Ha sido finalista en premios internacionales y algunos de sus textos tienen adaptaciones al cine y demás multimedia como  El otro nombre de la rosa. Autor de Posthumano. La vida después del hombre y Apuntes de un escritor malo por Anónimo Hernández, dos de sus libros más emblemáticos, Bares se comió una orden de taquitos con nosotros y no podemos dejar pasar su humor y ojo crítico.

1. ¿Qué representa Nitro/Press en tu vida?

Después de mis seres más cercanos, es lo más importante. Me permite vivir de lo que más me gusta: escribir y editar. Por un lado es la consumación de todo lo que he vivido: amigos, libros, países, idiomas, mujeres, sustancias, fracasos… TODO. Y por otro es siempre un punto de partida para nuevos amigos, títulos, proyectos más ambiciosos, países. Es muy estimulante. No creo que vaya a aburrirme nunca.

2. ¿Cúal es la clave para convertirse en escritor malo?

Jajajaaa. Descreer de todos los clichés y de cualquier cosa que suene a “manual de buenas maneras” literarias; incluso de los consejos de los grandes maestros, que pueden ser útiles, claro, pero no son absolutos. El mundo creativo del escritor es la incertidumbre. Cuando eres joven te desespera, casi te atormenta el no pisar en firme. Hasta que un día te das cuenta de que siempre va a ser así. Y aprendes a disfrutarlo, porque esa incertidumbre es tu principal libertad como creador. Puedes hacer lo que quieras.

En Apuntes de un escritor malo me propuse enfrentarme a todos esos clichés y esos manuales, no sólo como temas de los cuentos, sino también en todas las formas que tuve a mi alcance. Dos consejos, en esos decálogos para escribir libros de cuento, decían que debías evitar tener un mismo protagonista en más de un cuento, ya no digamos en todos, y no repetir la misma estructura. Bueno, encontré un modo en que ambas cosas fueran posibles. Y más aún, fui contra esos clichés de que no debes publicarte a ti mismo, ni vender tus libros. La mitad del tiraje la vendí desde el blog Un escritor malo. Algo debí hacer bien, puesto que el libro se agotó en poco más de un año y tiene ediciones en Chile y España.

Última edición de Apuntes de un escritor malo
Última edición de Apuntes de un escritor malo

3. ¿Alguna vez te pegaron con la chancla?

Ya me habría gustado una chancla en vez de las manazas de mi madre, una mujer de Chignahuapan, allá en Puebla. Manazas que criaron a nueve hijos, yo siendo uno de los últimos, así que ya me dirás.

4. ¿Tienes algún truco para evadir las incomodidades del metro?

Depende de qué humor tengas. Si puedes leer, hazlo. Si no, crea una barrera. La abstracción. La evasión. Pero si vas de buen humor, hasta te diviertes.

5. ¿Cuáles son los mejores tacos de tu ciudad?

Los que más me gustan son los de La Casa de los Lechoncitos al Horno, en la Narvarte. Curiosamente, no es tanto un lugar para ir a comer sino “para llevar”. Sus paquetes son fabulosos. La carne es riquísima y se acompaña de salsas verde y roja, estupendas, un magnífico chicharrón, frijoles bayos aguaditos y tortillas chiquitas. Si llegas a una comida con ese paquete, te vuelves el rey de la fiesta. Porque además implica el ritual de tener la comida al centro y que cada quien se atienda a su gusto, que es poca madre.

Carnitas foto de Mauricio Bares
Carnitas foto de Mauricio Bares

6. ¿Qué fue lo último que soñaste?

Hace años que no recuerdo lo que sueño. Sé que lo hago porque me quedan algunas imágenes o emociones, pero se me borra lo demás.

7. Si pudieras realizar una telenovela, ¿de qué trataría?

Empezaría por el final de la telenovela típica: la boda del rico con la sirvienta bonita. De hecho, lo hice con dos de mis primeros cuentos, “La vida es una telenovela” y “¿Por qué no podemos ser los de antes?”. Pero hay una autora que lo hizo en realidad, ahora vive en Nueva York e hizo una anti telenovela, Malú Huacuja del Toro.

8. ¿Cuándo sabes que debes publicar a un escritor?

Cuando ves que no le está mintiendo al espejo que todos llevamos dentro.

9. Si te encontraras con un extraterrestre, ¿qué le dirías?

Vámonos de aquí.

10. Cuéntanos una travesura de tu infancia.

Siempre fui muy ágil (y travieso), por lo que de niño me tocaba saltarme a las casas a donde se nos volaba alguna pelota cuando jugaba en la calle con mis amigos. Por lo general, eran casas con rejas y sin habitar. Bien podían estar habitadas, mientras tuvieran rejas, porque eso me permitía planear la salida. Un día, en un partidazo a punto de definirse, con la rivalidad a tope, se nos voló la pelota a una casa habitada y con un portón. Mis rivales (que también eran amigos pero que en ese momento eran rivales a muerte), me retaron a saltarme y no seas mariquita y ya sabes. Me apoyé en algunas piedras de la barda, me salté muy nalga, regresé la pelota y, en la mitad del patio o garage, me di cuenta de que no tenía cómo chingados salir. El portón tenía seguro. Entonces escuché a la dueña despotricando y acercándose desde dentro de la casa hacia el patio. No sé cómo salté de nuevo hacia la calle para que no me pescara. Debía de estar blanco como una hoja de papel porque mis amigos empezaron a burlarse de mí. No tuvimos tiempo ni de correr. El caso es que cuando la mujer abrió el portón y comenzó a despotricar contra uno de mis amigos, el más burlón, todos comenzamos a señalarlo y recriminarlo entre carcajadas. Nos dio un ataque de risa que casi nos tenía paralizados a media calle sin fuerzas para escapar. Ya verás, Mariano, ya verás, le voy a decir a tu mamá. Sí, señora, fue el Mariano, decíamos todos.

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