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Portada de No solo la lluvia de Javier Gutiérrez Lozano, tomada de http://www.casadellibro.com/libro-no-solo-lluvia/9788494375613/2548011
Portada de No solo la lluvia de Javier Gutiérrez Lozano, tomada de http://www.casadellibro.com/libro-no-solo-lluvia/9788494375613/2548011

Por Brandon Vázquez

 

La poesía es una derrota. Pero esta derrota es sobre la tristeza, la muerte y el amor. Los poetas son unos derrotados. Viven preguntándose si acaso servirá de algo hacer versos en un mundo que un día les da la mano y al otro la espalda. No saben que lo que en realidad pasa, es que da igual la realidad. El mundo no existe. Si el mundo fuera real no harían falta poetas. ¿No lo decía ya Eurípides en Medea? “Cuando los hombres son felices, no necesitan poesía”.

Es este mundo “real” la realización de la utopía. Por eso hay poetas. Por eso el hombre sigue cediendo su voluntad a este “delirio controlado”. No obstante, cuando me refiero a los poetas, me refiero a aquellos que tienen las vísceras desgarradas, los que definen a la poesía como el deseo de que la vida misma se vuelva poética. “Hacer poesía duele físicamente” dice Carlos Edmundo de Ory (Poesía y definición). Hacer poesía, creo yo, es uno de los retos más difíciles que existen. ¿Cómo se inventó el lenguaje sino a través del propio lenguaje poético? Esto se ha olvidado pues ahora nos comunicamos, podría decirse, de manera vulgar.

La poesía busca devolverle al lenguaje ese carácter ingenioso que inclinó al hombre a hacer literatura. Para esto, hace falta que el hombre sufra una inflamación de los sentidos, que todo lo exterior le genere una hinchazón de la sensibilidad, esto ocurre cuando se enfrenta al mundo “real”. Y un claro ejemplo de esto es el libro de Javier Gutiérrez Lozano: No solo la lluvia. Lejos del catártico retrato de la tragedia de la guerra, y a pesar de no tener una propuesta que sea de verdad influyente para con la transformación del lenguaje, nos recuerda que uno de los motivos fundamentales de la poesía es servir para algo, aunque no se sepa para qué. Vuelvo con Carlos Edmundo de Ory, que lo explicó muy bien:

 

 

¿Por qué eres poeta?- me preguntan a quemarropa. Y yo contesto casi distraído:

-No sé, hace falta.

 

Pienso ahora que la poesía de la experiencia nos ha conducido a un declive del quehacer poético. Sin embargo, creo que este libro podría ser una excepción, pues refleja lo que digo acerca de la inflamación de los sentidos. Uno advierte, mientras lee los poemas, que hay un baño claro de cosa exterior en la interior. ¿Qué le queda a un hombre, después de perderlo todo, sino la poesía? Es donde la derrota se manifiesta. Es en donde se vuelve a creer que la poesía puede cambiar al mundo. ¿Qué cosa sino la mayor muestra de la inhumanidad: la guerra; podría inflamar la sensibilidad? ¿Qué otra cosa sino esto para desgarrar las vísceras?

Huidobro decía que la verdadera poesía era aquella que sugiere, que esboza.

Este es un poema del libro No solo la lluvia. La sugerencia va implícita:

 

 

PORQUE YA ES TARDE

-Te llamo por la tarde-.

fueron las últimas palabras que pronuncié para ti

            Esta mañana.

Horas después,

lidié con el ansia de llamarte temprano

y decirte no sé qué, para escucharte.

Ahora son las once de la noche

y sigo oculto entre los temblores del sótano;

las llamas escurren de los cielos

como la miel de la fruta podrida,

como la sangre de tantos que han sido olvidados.

Y ahora que es tan tarde y son casi las once y media

y el teléfono aún no ha sonado,

recuerdo cuántas veces no he sido el mismo imbécil

que al despertar no te recuerdo que amo la mañana

porque tú existes,

que el listón en tu cabeza me ocupa todo el día,

que adoro escuchar tu voz como un susurro

y que amo la verdad que se aguarda en tus ojos.

Ahora que es tan tarde

y el silencio parece reinar como un soldado,

quiero cumplir mi palabra y llamarte

Quiero decirte todo eso,

quiero saber que estás viva.

 

Gutiérrez Lozano, J. No sólo la lluvia, España, Valparaíso: 2015

 

Referencia de Edmundo de Ory, C. Poesía y Denifinión. http//www.poesíasalvaje.com/sinaia/carlosedmundo.html

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