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Foto por Andrea González.
Hugo Zemelman. Foto por Andrea González.

Por Andrea González.

El desafío de conocer, es el desafío de asumirnos como sujetos vivos.

Zemelman.

Hace poco tuve la oportunidad de escuchar a una de las figuras más importantes dentro de la teoría del conocimiento “Hugo Zemelman”. Nacido en Concepción, República de Chile en 1931, y licenciado en Sociología rural y en Derecho, Hugo Zemelman se ha preocupado por elaborar estudios sobre el contexto latinoamericano, los cuales abarcan temas como cultura, política, estado y metodología. Actualmente reside en México. Llega al país después del golpe militar de 1973 en Chile, para convertirse en profesor del Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Cuando te sabes consciente de que vas a escuchar a uno de los más importantes epistemólogos de Latinoamericana, con una tradición aristotélica y una influencia marxiana, tienes la predisposición de escuchar un discurso teórico, inundado de categorías filosóficas, las cuales no poseen sentido. Sin embargo, Zemelman es una de las pocas excepciones, puesto que intenta siempre significar lo que está diciendo, intenta contextualizar y además crear una intersubjetividad, entre él y las personas que lo están escuchando. Sabemos que una buena parte de los intelectuales se dedican a elaborar una serie de abstracciones referentes a la estructuras y a la sociedad, por tanto, caen en una serie de reificaciones, sin embargo, Zemelman es lo opuesto,  en tanto  intenta introducir al sujeto en el discurso intelectual, tratando de humanizarlo.

En Zemelman puede notarse la influencia de una postura hermenéutica, al asumir que es necesario leer la realidad. Y así, en este esfuerzo por comprender, asevera que “lo que importa no es lo que se dice, sino lo que está detrás de lo que se dice”. La relación entre sujeto y conocimiento, es puntualizada cuando se cuestiona ¿Desde qué pertenencia leo?

Hugo Zemelman. Foto por Andrea González.
Hugo Zemelman. Foto por Andrea González.

 

 

Zemelman pertenece a los autores que utiliza las herramientas de la postura lingüística, y fenomenológica, intentando situarlas en la realidad concreta. Rechaza la lógica reduccionista de las matemáticas, ya que, esto implicaría el eklaren, es decir, la explicación causal, y esto para Zemelman significa que “nos pasaríamos la vida tratando de explicarla, y como la explicamos, nos olvidamos de pensar”.  Los últimos trabajos que han sido desarrollados por Zemelman conciernen el problema de la producción de conocimiento en América Latina. Así, los libros “El conocimiento como desafío posible” y “Lenguaje y producción de conocimiento en el pensamiento crítico” enmarcan un cuadro contextual de los hechos que entorpecen el desarrollo del conocimiento. Esta es una de las características del pensamiento de Zemelman que deberían retomarse, ya que el no elabora una teoría del conocimiento per se,  sino que la relaciona con la realidad concreta, con el dándose social de América Latina.

En su libro “Lenguaje y producción de conocimiento en el pensamiento crítico”, me parece que puntualiza el problema esencial y fundamental de por qué no generamos conocimiento. El problema es algo de fondo, de raíz, Zemelman expone que en las universidades no se discute el problema de la génesis de la ciencia, entonces ¿Cómo pretendemos generar conocimiento, si ni siquiera sabemos cómo conocemos?

Otro de los aspectos de suma relevancia es el  planteamiento acerca de la distinción entre conocimiento, intelectualismo e información.  En cuanto al intelectualismo, Zemelman puntualiza que lo importante del conocimiento es que tenga una profunda relación con la realidad y no con la ideología. El intelectualismo no ve la realidad. Sin embargo, la realidad en si misma representa un problema de raíz en la ciencia, que viene dado a partir de dos posturas, la tesis de Wohes y la tesis de Myrdal. Sin embargo, Zemelman se cuestiona de una manera más sencilla aseverando que sólo somos capaces de observar la realidad de la irrealidad. Citando Braudillard, el epistemólogo considera que es necesario “asesinar la realidad”.  Debemos saber que la realidad se debe desmitificar.  Por otra parte,  la diferencia entre información y conocimiento es otro de los principales problemas que vive América Latina.  Este problema lo ejemplifica con la Licenciatura en Física de la UNAM. En una prueba que consistía en la evaluación de las formas de razonamiento, aplicadas al inicio y al final de la Licenciatura, solo el 22% tenía la capacidad de concretar este tipo de pensamiento, lo que implica que los alumnos sólo habían adquirido un cúmulo de información sin problematizar.

Hugo Zemelman. Foto por Andrea González.
Hugo Zemelman. Foto por Andrea González.

 

En su insistente rechazo a la tecnificación Zemelman asevera que los estudiantes no son capaces de plantearse problemas. En este sentido, más bien se plantea al alumno un problema y éste debe ser capaz de resolverlo a partir de herramientas metodológicas. Esta problemática tiene un origen en la occidentalización del conocimiento. Esa admiración por el “logos científico”, ha provocado que a los alumnos se les enseñen “técnicas de investigación”, y por tanto el conocimiento se vuelva técnico. Irónicamente de acuerdo con Zemelman, “las ciencias sociales son técnicas, no ciencias, y así el técnico resuelve problemas, pero no se los plantea.

Otro de los problemas de la producción del conocimiento, y el cual es sumamente peculiar es el problema de las tesis. El problema identificado por el sociólogo, es que las tesis elaboradas sólo se encargan de recabar información, y cuando han acumulado la suficiente no son capaces de elaborar conclusiones, pero esto no es lo peor. Lo más inefable del caso, es que las tesis se terminan y se abandonan, cuando realmente las tesis deberían empezar en ese momento.

Uno de los principales obstáculos para generar conocimiento ajeno a la institución educativa, es el poder. El triunfo siempre cubre realidades, así el reto consiste en romper con la comodidad de sujeto intelectual. Debemos ser capaces de percibir  las anomalías, de asumir que estamos sometidos a la inercia. Lo único que sabemos es que estamos constantemente enfrentados a lo desconocido.

Zemelman se preocupa por crear una sociología del conocimiento que no se arbitraria, sino conciliadora. No se dedica a elaborar abstracciones, sino que trata de contextualizarlas En este esfuerzo por la contextualización, Zemelman establece una relación inminente entre el sujeto y la producción de conocimiento. Para el autor el sujeto concreto es el hacedor de las realidades. El individuo es un espacio no determinado, y por eso la realidad ya no va a tener un único sentido, “la realidad se construye y al construirse lo hace en muchos sentidos”Zemelman intenta desarrollar una humanización del conocimiento, el cual nos permita convertirnos en sujetos que transforman la realidad. Y es en este esfuerzo es como Zemelman deviene un hacedor de la realidad. 

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