¿Te gustó? ¡Comparte!

Mi mañana con la noticia de Efraín  y Guadalupe

En la mano izquierda su reloj Omega Speedmaster Professional que le robaron y que le acompañó por casi cuarenta años Efraín Bartolomé, 2008 ®Borzelli Photography
En la mano izquierda su reloj Omega Speedmaster Professional que le robaron y que le acompañó por casi cuarenta años Efraín Bartolomé, 2008 ®Borzelli Photography
Por Pascual Borzelli Iglesias *

Distrito Federal, México, jueves, 11 de agosto del 2011. Anoche tuvimos la oportunidad de saludarnos, de compartir un abrazo y de participar en un hermoso recital poético con Claudina Domingo y otros poetas.
Los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo Balam Rodrigo en la mesa y en la parte superior derecha Efraín Bartolomé, Guadalupe de Bartolome, su esposa, de blanco Juan Domingo Argüelles y su esposa Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo Balam Rodrigo en la mesa y en la parte superior derecha Efraín Bartolomé, Guadalupe de Bartolome, su esposa, de blanco Juan Domingo Argüelles y su esposa Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Efraín Bartolomé, Guadalupe de Bartolome, su esposa, de blanco Juan Domingo Argüelles, en primer plano Al fondo los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo Balam Rodrigo Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Efraín Bartolomé, Guadalupe de Bartolome, su esposa, de blanco Juan Domingo Argüelles, en primer plano Al fondo los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo Balam Rodrigo Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Al fondo los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo, Balam Rodrigo y Efraín Bartolomé Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Al fondo los escritores Luis Felipe Fabre, Lobsang Castañeda, Claudina Domingo, Balam Rodrigo y Efraín Bartolomé Café-Bar Las Hormigas, Casa del Poeta, DF, ®Borzelli Photography
Hoy, temprano, por la radio escucho a Emilio Álvarez Icaza, está leyendo un escrito de una persona, de esas que los federales niegan siempre y que son señaladas como delincuentes sin que nadie diga ni haga nada, de forma pausada, dando el peso de cada palabra y frase, Describe la violación que sufrió, es uno más de los ataques del régimen de Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, reconocido como titular del ejecutivo federal de los Estados Unidos Mexicanos, contra sus compatriotas. Él es el comandante supremo, a quien tienen que obedecer las policías y fuerzas armadas de nuestra dolida patria.
Tengo que bajar, mover el auto para llevar a la madre de mi hija, pareja de casi toda mi vida a su trabajo. Sé que debo estar listo, preparado para la diaria agresión de la policía y secuaces.
Vivo en la que llaman la Ciudad de vanguardia, en esta ciudad de la prohibición: no fume, no tome, no camine, no salga, no tenga relaciones sexuales, no solicite audiencias a los mantenidos del gobierno; me encuentro donde sólo está permitido lo que sus burócratas quieren y determinan.
No escuché toda la lectura de Emilio. Tampoco quien la mandó y firmó.
Bajo, me alcanza la madre de mi hija. Está desencajada. La veo, la escucho, dice que agredieron a Efraín, me dice Efraín Huerta, a quien conocí por mi hermano, otro poeta, le digo que no puede ser. Que él murió hace tiempo. Me repite que sí, que violaron el domicilio de Efraín, que no recuerda el apellido, pero que era Efraín.
No arranca el carro, premonición de lo que vendría. Pido prestado a un vecino su auto y la llevo. En el camino voy pensando a quien conozco con ese nombre y en un alto, le digo Efraín Bartolomé, lo repite y lo repito, le digo que anoche estuve con él. Un vacío doloroso en mi estomago.
Me dice que si, que es Efraín Bartolomé. La dejo y regreso al domicilio.
Me subo al carro de ella y me traslado a la colonia Condesa a una reunión con la poeta Ester Ortega y a saludar a los pintores Arturo Rivera y Raúl Navarro.
En el camino voy pensando cómo corroborar la noticia, me comunicó con los poetas Hernán Bravo y no sabe nada y llamo a Marco Antonio Campos, que ya había salido a la universidad y no responde; por último a José Ángel Leyva, que se encuentra en una reunión de trabajo, atrabancadamente le comento la noticia y me dice que me llamará en un momento y nos desconectamos. Casi de forma inmediata recibo su llamada, me dice que no sabe que investigará y se comunicará conmigo.
Me encuentro con los amigos, les saludo, apenas les puedo comentar la noticia. Llega Ester y le digo lo que sucedió. Llamo a otro gran amigo, el periodista José Luis Martínez, le comienzo a explicar el motivo de la llamada y me interrumpe, dice y contesta con indignación que es cierta la información, pero que a Efraín no le pasó nada.
Quiso decirme que estaba ileso, que no habían recibido, él ni su esposa, agresiones físicas, así lo entendí.
Quedé pensativo y concluyo: Claro que les pasó.
Lo violaron junto con su esposa, lo insultaron, lo agredieron, lo agraviaron, lo humillaron, le destruyeron su domicilio y le robaron. Pero eso no es nada donde reina el imperio de la muerte, el de los asesinatos. Es el imperio de la paz y tranquilidad de los sepulcros.
¿Quién nos pude decir, con autoridad moral y ética, que no es el propio régimen federal de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa el que lo hace?
Vienen a mi pensamiento los grupos armados, la temible Triple AAA, argentina, la de los brasileños, la de los uruguayos, la del Paraguay, y tantos otros, que tenían los regímenes militares más abajo del Usumacinta.
¿Quién podrá afirmar que la bomba en el Tecnológico de Monterrey no la armó y colocó el propio régimen de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa?
Regreso a casa, tengo que comunicarme con el secretario de seguridad publica del gobierno del Distrito Federal, Manuel Mondragón y Kalb, porque hace más de un año sus empleados, ningún eufemismo de servidor público, unos burócratas de la policía me agredieron y humillaron violaron mis garantías constitucionales, hace más de un año, a las 12:40 horas del 21 de abril del 2010. No hicieron nada, no han hecho nada.

Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
Presenté la denuncia ese mismo día; hablé con Concepción Díaz, de la oficina del secretario particular y nada hicieron. A las 12:49 de esa fecha me comunican con el General Francisco Arellano Noblecía y con el Inspector general policial. Lic. Raúl Gutiérrez Domínguez, no respondieron a mi denuncia. Tampoco el jefe del gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, ni el comandante supremo de la policía y fuerzas armadas Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Nunca me atendieron.
Hoy nuevamente llamé, me contestó, después de mucha insistencia, el secretario privado del secretario de seguridad pública, Manuel Mondragón y Kalb, del Distrito Federal, el burócrata Fernando Echevarría, a quien le comenté que quería hablar con el titular de esa dependencia, con nadie más. Recibí como respuesta una iracunda y discriminatoria admonición, me dijo que estoy loco y que soy un cabrón. Cortó la llamada. La violencia verbal pasiva como forma de gobierno.

Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
Policías violadores del gobierno del Distrito Federal Calle Porfirio Díaz, 21 de abril del 2010, ®Borzelli Photography
De nuevo, el insulto, la vejación, la humillación, la violación. Y según ellos, no pasó nada.
Ya me robaron mi equipo fotográfico, ya me asaltaron a un lado de la oficina de la procuraduría de justicia del Distrito Federal y nunca, como víctima, me atendieron. Ya mataron, a un ayudante mío en la fotografía, de 17 años, primo hermano de mi hija: daño colateral. Ya violaron a otras conocidas y cercanas a mi y mi familia. Ya secuestraon al hijo de una gran conocida, amiga y estimada. Nunca hicieron nada. No hacen nada.
En estos momentos que escribo, escucho por la radio a Alfredo Rodríguez Muro, en el noticiario de Jacobo Zabludovsky, informan que el futbolista Nacho Flores lo mataron anoche, 10 de agosto, recibió más de 70 balazos en la autopista México-Cuernavaca. Otro daño colateral. Los gobiernos imávidos. No pasa nada.
Medio descanso, tengo una gran congoja y un profundo dolor en la úlcera. Después de todo, a mi querido poeta y su esposa no les pasó nada, están vivos. No pasa nada.

* El texto fue publicado por Pascual Borzelli Iglesias en Abartraba el día 11 de agosto de 2011, en la siguiente dirección electrónica: http://abartraba.blogspot.com/2011/08/efrain-bartolome-y-esposa-violados-por.html

¿Te gustó? ¡Comparte!