Uncut Gems
Estamos frente a una película que repite la fórmula de otras cintas del actor pero que nos dejará un mal sabor de boca. La suerte tiene su turno.
Estamos frente a una película que repite la fórmula de otras cintas del actor pero que nos dejará un mal sabor de boca. La suerte tiene su turno.
Por Marco Antonio Hetfield
Puebla, México, 12 de enero de 2021 [00:10 GMT-5] (Neotraba)
El nombre Adam Sandler causa mucho miedo a la mayoría de los cinéfilos contemporáneos, debido a que es identificado por comedias, en su mayoría, muy similares entre unas y otras, que reciclan los mismos chistes, pero aplicados en diferentes entornos.
Eso es una parte importante de Uncut Gems (Diamantes en bruto, 2019), porque los directores y guionistas –los hermanos Safdie– pareciera que en todo momento la estuvieron escribiendo especialmente para que Sandler fuera el hombre encargado de llevar el protagónico, pues, como ya lo mencioné, el personaje y la historia con las primeras películas que Sandler llegó a protagonizar y ésta son similares.
Uncut Gems, es la historia de un vendedor de joyas lleno de deudas, que encuentra la oportunidad de vender un extraño ópalo, con el que podrá saldarlas y quedarse con un extra para él.
Durante la película vemos a un personaje aferrándose a la suerte, a pesar de que esto lo lleve a caer cada vez más bajo. Todo de la mano de la falsa ilusión de que cada decisión que toma hará que salga del enredo, y es precisamente este elemento –con el cual los directores nos crean esa falsa ilusión, debido a las similitudes estructurales de las primeras películas de Sandler– donde sucede lo mismo: el personaje poco a poco libra estas adversidades pero, en este caso, con cada decisión y esperanza planteada durante la película, vemos caer a Sandler, poco a poco, dentro de más y más problemas, que terminan consumiéndolo.
La suerte es el elemento principal dentro de la película, la que guía al protagonista y que lo hace confiar ciegamente en los eventos que van más allá de él. Los demás personajes también se apoyan en ella –y justo eso crea una narrativa que evoluciona en conjunto– pero por la misma razón, nunca vemos a nadie confiar tanto en la suerte como el personaje de Sandler: sufren por cuestiones azarosas, sin embargo, buscan soluciones para dejarla de lado; en cambio Sandler, en cada oportunidad, quema todas sus opciones de solución para tratar de obtener más por medio de la fortuna.
Al final es una película que nos deja con un mal sabor de boca, debido a la fuerza que tiene cada uno de los personajes, atrapándonos en sus necesidades, ambiciones, sin pinta de malos o buenos: no hay mayor antagonista que el mismo hombre, dejando así una exploración intensiva entre la naturaleza humana.