¿Te gustó? ¡Comparte!

Poemas de Ricardo Solís

Selección de poemas del libro Superficie sucesiva (2002)

Navojoa, Sonora, 15 de abril de 2021 [01:20 GMT-5] (Neotraba)

II

Fijado al punto disperso del cuerpo a la intemperie del habla al pálido desierto sin brillo en que descansa su edad nocturna la memoria frutal donde un árbol todavía donde un cierto cansancio bajo el ala del ave rendida donde siempre la herida más grave y veraz dejada por el polvo minada por la sombra escindida del agua donde si la presencia nunca el suave latido a oscuras que retiene de la muerte la imagen de un arma de sí de un ciervo acaso nunca herido.

V

Un cigarrillo que irrumpe en mitad de lo dicho en el centro que instaura su edad de voz en la frase en la marítima espesura de palabras en la espuma donde un pez es abandono por su rastro de escamas en el pronombre por el que damos un salto al abismo lógico de lo que sigue en el prodigio del no que nos regresa a la constancia del humo y su volátil pereza en las vocales en la ternura gris de pensar la bocanada mirar desde su origen cada soplo y salir tras él clamando cuando es ido.

XIX

La palabra corona su longitud de silencio como un dibujo colma su espacio vulnerado con la imagen residual que se disuelve en la blancura del instante la plegaria risible de un vacío en apariencia que resiste la embestida temporal de los astros la inmolada tensión de lo ya sido de la graciosa imprecisión donde lo escrito pretende detenerse fincarse como un clavo de sombra en el fibroso maderamen de la angustia donde el tiempo es menos que un fulgor imaginario una cierta posesión del presente interminable.

XXII

Hay un caballo dormido bajo el agua su sueño es el azar de su nombre que todo lo maldice lo destruye lo designa como una espada que marca (confiada de su temple por el fuego) los límites del riesgo sobre arena a la hora del sol que vio la sangre impura de los héroes tornarse en el espectro de una silla y su yugo de espuelas calentando la memoria del caballo (el mismo) que alguna vez vencido en la vigilia en la vejez de sus cascos sobre el polvo abrió la boca y conoció la espuma.

Cigarrillo

Sea dicho que del fuego (matriz de los humos) proviene una expiación un triste y despiadado calor de la garganta que deviene serpiente vaporosa hálito endiablado del que surge un sopor casi una niebla un recuerdo casi una imagen del encuentro con el cuerpo y el deseo sea dicho pues que todo fuego es también lo que consume lo que conduce (con la justicia de todo camino hacia la muerte) a la dulce recompensa del arder.

Poesía

Siempre un umbral (dicen) de rasantes flancos sin plenitud sin ese decir del ser aparición gaviota que en la caza sólo encuentra su sombra sobre olas sobre dunas ardiendo en justa paz de serpientes que en el habla dibujan estrellas intuyen la clave para ciegas melodías esbeltas variaciones de un engaño de la mediana estatura donde la nada poderosa no se funda no se yergue (sombría) en la línea mortecina que la busca.

Ricardo Solís. Foto cortesía del autor.

Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Escritor y periodista. Autor de varios libros de poemas, un volumen de ensayos y la novela De paso (2019). Radica en Guadalajara desde 1999, fue becario del Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artístico (PECDA) de Jalisco (2011-12) y, por breve tiempo, Jefe de Bibliotecas para el gobierno municipal de Zapopan.


¿Te gustó? ¡Comparte!