¿Te gustó? ¡Comparte!

Por Álex Ramírez-Arballo

Pennsylvania, EUA, 11 de febrero de 2021 [03:10 GMT-5] (Neotraba)

Poemas del árbol

Ni una palabra te sustenta, solidario brazo de la invisible tierra, ni un claro sol te venera por tu amplio corazón de hierba celeste y tus humildes hábitos de pensador ensimismado en las edades primordiales de raíz y relámpago.

Mas nadie ha mecido tus aguas elevadas y espesas, nadie ha roto los duros sellos de tu puerta, ni aspirado de tu sombra un solo grado de serena bondad, ni estudiado tus señales oscuras en el tiempo, ni tus lechosos vocablos de madera.

El oriente mueve ya sin luz su último cuchillo, tú haces la dura llama del canto bajo la noche, creces al cielo desde todas tus raíces de silencio, manando delgadamente tus materiales internos con precisión severa, naces interminablemente y llevas cuerpo adentro un río entero de lamentos minerales.

Luego es el viento como una mano desmayada a tus pies que ya reacciona y salta de su atolondramiento hacia el cuello: casi serpiente de raudas transparencias. Sobre tu frente queda un dejo melancólico de estrella.

Comienza a llover y dictas tus ondulados perfumes sobre las espigas plagadas de silencio.

Viajero vienes de una historia igual al tiempo. Voy por tus mil bocas impronunciado, voy por tus manos asiéndote de mi hambre, voy por tu pecho socavando el dulce núcleo, la secreta yema, el hierro oscuro de tu corazón.

Mueve la llamarada el sitio de sus vértices, su raíz de aceites desatados, la geométrica audacia en sus andamios. El día es un preciso peregrino, es un cerrado trotamundos concentrado en su religión trashumante. Yo sé de oscuros soles, de hogueras empobrecidas hasta el silencio reciente, sé de las quemaduras erizadas en los agudos bronces del exacto dolor. Luego, como una voz de moribundo, como una queja endurecida venida del poniente, como un vino adelgazado, como una abeja de color naranja, izó las tronantes banderas de la tarde y se vertió en mis ojos como un árbol meciendo en la mirada sus blandas ramas, su impalpable fecha de humo, sus pesadas gotas de fragancia errante.

Bajo la espuma una flama de cristal blanco respira ensimismada, permanece en la pureza de su mansa cintura y su voz de azucarado flagelo ondulante entona minucias para nadie, murmura toda la poesía de su propia transparencia iluminada, de su claridad flechada y agónica. Salmodia la ola vehemente, postrada y suplicante, se desploma sobre la piedra como lentas campanadas monumentales; florece sobre la arena, algo escribe y se arrepiente, reincide en su incesante decir, revienta como una ampolla, nace del aire, viene del cielo, se desprende de lo imposible, crece de vértigos, se curva, se reproduce en los espejos, recae y se deshace en un permanente volver sobre sí misma. Solo la espuma persiste.

Álex Ramírez-Arballo. Profesor de cultura y literatura latinoamericanas en la Pennsylvania State University. Doctor y maestro en literaturas hispánicas por la University of Arizona. Poeta y escritor. En el mundo académico imparte cursos de lengua y literatura latinoamericana, así como un taller de composición para hablantes nativos durante las primaveras.

Es autor de los libros de poemas: Las comuniones insólitas, El vértigo de la canción dormida, Pantomimas, Oros siempre lejanos, Las sanciones del aura, entre otros.


¿Te gustó? ¡Comparte!