Graciela Iturbide, la mirada fotográfica.
Graciela Iturbide hoy cumple 78 años. Referirse a ella es mencionar la fotografía analógica de paisajes, aves o de personas en comunidades indígenas.
Graciela Iturbide hoy cumple 78 años. Referirse a ella es mencionar la fotografía analógica de paisajes, aves o de personas en comunidades indígenas.
Por Pascual Borzelli Iglesias / Óscar Alarcón (@metaoscar)
Ciudad de México, 16 de mayo de 2020 14:23 GMT (Neotraba)
Su vida está en el cuarto obscuro. Hoy cumple 78 años.
Referirse a Graciela Iturbide es mencionar la fotografía analógica de paisajes, aves o de personas en comunidades indígenas, en comunidades en condiciones extremas, personajes públicos o desconocidos, propuestas y composiciones de sus visiones, sean localizadas en su México o en otras naciones: Panamá, Cuba, Alemania, India, Italia, solo por mencionar algunas. Retrata la forma de vida de esas comunidades y lo que observa en ellas.
Su inicio en las crónicas fotográficas es en la década de los años setenta; viaja a distintos sitios, va a Panamá y durante 5 años registra la vida de las distintas comunidades. En uno de los viajes conoce a Omar Torrijos, mandatario y líder de Panamá; emerge la amistad a partir de entonces con él y con personas de su entorno. Eso le facilitó acceder a poblados rurales e indígenas, urbanos marginales como barrios populares de la ciudad de Panamá, donde capturó la espontaneidad, belleza y dignidad de las personas.
Es la primera mexicana en recibir en 2008 el prestigioso Premio Internacional de la Fundación Hasselblad, por su notable labor en la fotografía, en el Centro de la Imagen de la Ciudad de México, donde declara que sigue y seguirá utilizando película para sus fotografías, que no cambiará al formato digital.
Afirma que siempre que retrata solicita el consentimiento de las personas y nunca ha hecho una foto sin la aprobación del retratado.
En cada encuentro la charla vuelve al Panamá que conoció y que ya no existe, sobre todo después de la más reciente invasión estadounidense –diciembre de 1989– en la que se utilizaron por primera vez los misiles y bombas teledirigidos para acabar con la población indefensa, y posteriormente por la devolución del territorio que estaba bajo la posesión de ellos.
Hoy Panamá es un centro financiero y de comercio mundial, totalmente alejado de las condiciones de vida de la mayoría de la población. Ya no es el país que ella conoció.
De noviembre de 2018 a julio de 2019 se llevó a cabo la exposición “Graciela Iturbide: cuando habla la luz”, en el Palacio de Cultura Citibanamex-Palacio de Iturbide. En esta muestra se pudo apreciar el trabajo fotográfico e histórico de Graciela. Se exhibieron 270 fotografías que abarcaron casi toda su trayectoria profesional, la cual es de más de 50 años.
La mayoría de las fotografías fueron impresas los modernos sistemas de reproducción y otras en plata sobre gelatina. Una de las técnicas favoritas de Iturbide, la cual se ha empleado en la impresión de fotografías en blanco y negro. Según el Glosario de técnicas del Museo Nacional de Arte, “dicha técnica comenzó a desplazar el uso de la albúmina debido a la gran nitidez que se logró en relación con los tipos de impresión anteriores”.[1]
En 1978, Graciela Iturbide fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar a la población indígena de nuestro territorio, entonces se dio a la tarea de retratar al pueblo Seri, que se encuentran en el desierto de Sonora y en una parte de Arizona. Los Seris fundamentalmente son pescadores, que a sí mismos se llaman konkaak, que significa “la gente”. Se encuentra en el continente y en la Isla Tiburón, la más grande del Golfo de California, lugar al que llegó la lente de Iturbide.
En 1989 se publicó el libro Juchitán de las mujeres, un trabajo que Graciela Iturbide desarrolló gracias a la invitación de Francisco Toledo, y que le llevó 10 años en concluir pues su trabajo inició en 1979, fotografiando a las mujeres zapotecas.
En el año 2013, Graciela Iturbide presentó su trabajo en el Museo Amparo, de la ciudad de Puebla, uno de los museos más importantes de América. En el montaje de la “Graciela Iturbide”, se notó la influencia que Manuel Álvarez Bravo tuvo sobre ella, pero también la continuidad de un trabajo con un estilo personal.
Ha recibido distintos reconocimientos, entre otros, el Premio Nacional de las Artes en 2009 en México; el Premio PhotoEspaña Baume & Mercier en 2010 en España; el Premio Trayectoria Artística. Chobi Mela VII International Festival of Photography en 2013 en Dakha, Bangladesh.
Entre sus publicaciones podemos destacar Sueños de papel, con textos de Verónica Volkow; Pájaros, con textos de José Luis Rivas y Bruce Wagner y El baño de Frida Kahlo.
[1] Página 23. El texto se puede consultar en http://munal.mx/micrositios/fotografia/public/downloads/Glosario.pdf