De olores y sabores…
La Chica Fresita. Me la topaba siempre en los coches, yo ya sabía que su olor era muy fuerte. No entiendo por qué no había dado con ella para que formara parte de mi casa.
La Chica Fresita. Me la topaba siempre en los coches, yo ya sabía que su olor era muy fuerte. No entiendo por qué no había dado con ella para que formara parte de mi casa.
Por Adriana Barba
Monterrey, Nuevo León, 01 de mayo de 2020 (Neotraba)
Estoy segura que, estando en cuarentena obligatoria, ya le sacaste a tu hogar esos trapitos al sol que estaban oculto. Tuviste ya el tiempo necesario para darte cuenta de lo que merece una renovación o ya no tuviste la excusa de que tienes mucho trabajo y llegas muy tarde a casa. Tu esposa te hace la lista de pendientitos que sólo un macho alfa puede arreglar.
En mi hogar, yo soy el macho alfa y no me pude hacer loca cuando una voz interna me decía lo que tenía que renovar. Ahora lo que nos sobra es tiempo en casa. Entendí a la buena que la voz que me susurraba no partiría, así que me puse manos a la obra.
Antes, les tengo que confesar que sí existe esa historia de que al nacer haces una fila para que se te den los dones o defectos. Sin duda en la fila del mejor olfato estaba yo. Debí de estar en la fila de ser fit toda la vida, pero no sé cuál fue la razón por la que me vi parada en la de los aromas.
Hola, soy Adri, otra vez, experta en descifrar olores casi a kilómetros. Podría haber trabajado de perro policía detectando drogas.
Mi olfato es de otro nivel y la mayoría de las ocasiones sufro por ello. Huelo hasta el huevito con chorizo que está cocinando la vecina del 9° piso, además sé que chorizo está utilizando. Hasta me dan ganas de ir a decirle que el de “San Bartolo” está más bueno.
Si estás a un metro de mí, te diré qué suavizante utilizaste y te daré –claro está– un recorrido por mejores aromas: “deja de usar Downy por favor”.
No quisiera decirlo pero si tienes 1 día sin bañarte, también me daré cuenta.
Desde chica descubrí este súper poder y decidí que, hasta el día de mi muerte, olería a vainilla. Por donde yo paso siempre se va a quedar un olor dulce y no porque lo sea; lo hago pensando que en el mundo hay personas como yo y agradecerán olores amables a nuestro olfato.
Por mes gastaba de 300 a 500 pesos en aromatizantes para la casa, de todas las marcas, desde las más populares hasta las que no y nada me hacía sentir a gusto.
Llegué a pensar que el mejor y único aroma al que tendría que acostumbrarme era al de Lysol. Hasta que un buen día en una tienda Walmart, pasando rápido por los pasillos, sin tocar nada y con ese miedo de contagiarme en el supermercado en lugar de en Italia, pasó enfrente de mí: “La chica fresita”. Te estoy hablando de ese aromatizante y mejorador de ambiente con aroma a fresa que creció con nosotros o al menos conmigo. Me la topaba siempre en los coches, yo ya sabía que su olor era muy fuerte. No entiendo por qué no había dado con ella para que formara parte de mi casa.
Investigando me enteré que, desde 1972, la empresa mexicana Eivy’s de México es líder en el mercado de aromatizantes de ambiente. En México –y toda la Unión Americana– sus productos La chica fresita, El vanillino cotorro y El catrin lavandin son famosísimos. Su página de Internet me hizo enamorarme más de ellos, quiero todo.
El pasado 12 y 13 de octubre en Ontario, California, se llevó a cabo una tipo expo llamada: California trucking show, donde la hermosa Chica fresita, con esa mirada cautivadora y su cuerpo similar al de Betty Boop, fue la protagonista.
Reencontrarme con ella hace más agradable mi encierro. Por $14 transformó mi hogar en dulzura, limpieza y tranquilidad. Eso me hace sentir que voy a estar bien, que pronto todo va a pasar.
¿Usted ya la conoce?
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