Casarse a la istmeña
Las bodas en el Istmo de Tehuantepec aún conservan las tradiciones. La sorpresa para un regiomontana no se hace esperar en esta crónica.
Las bodas en el Istmo de Tehuantepec aún conservan las tradiciones. La sorpresa para un regiomontana no se hace esperar en esta crónica.
Por Adriana Barba
Monterrey, Nuevo León, 28 de agosto de 2020 [00:02 GMT-5] (Neotraba)
Chahuites, ciudad del estado de Oaxaca localizada en el Istmo de Tehuantepec y en el extremo sureste del estado, cercana a los límites con el estado de Chiapas. Cielo Enríquez es una joven de 18 años nacida en esa tierra de talentos: la capital del mango.
Llegó a Monterrey hace 2 meses para estudiar la licenciatura en Administración de Empresas, dejando su tierra lejos, pero los recuerdos de sus costumbres muy cerca. De tantas tradiciones y costumbres de su pueblo, hoy les contaré sobre el matrimonio.
Cuando se lleva a cabo un enlace matrimonial hay dos tipos de mujeres: las pedidas y las robadas.
Cuando una dama es pedida va las familia del novio a la casa de la novia donde tienen que escuchar atentos a la petición de la familia de esta. Una de las peticiones en la familia de Cielo fue:
5 gallinas, chocolate tradicional, cigarros, coronas de flores y de papel, cazuela, torta y marquezote (pan de la región) latas de duraznos, 10 cartones de cerveza, mole, varios kilos de tortillas, y el ajuar de la novia. Todo esto tiene que ser entregado con un conjunto musical de banda.
Una dama pedida es una dama virgen, por lo tanto la obligación de las madrinas de ambos, es confirmarlo. Se preguntará usted ¿cómo hacen esto?
Bueno ellas son las encargadas de darle al novio una pantaleta de color de la pureza para que la dama la utilice y esta sea el indicador de su honestidad.
Después la familia del novio arregla a la ahora esposa en una cama llena de pétalos de rosa y tiran cohetes confirmando al pueblo que la dama no mintió.
Después de eso se van al segundo día de boda –recalentado. El menú va lidereado por barbacoa y sopa fría.
En cambio sí una dama es robada, la familia del novio truena cohetes y un tiempo de 12 bombas, la familia de la novia tiene que ir a la casa del novio para juntos llegar a un acuerdo. Y claro, comprobar la pureza de la novia, aunque haya sido robada.
Para preparar el fiestón tienen que tomar 6 meses, o un poquito más, ya que tienen que ir en busca de padrinos de cerveza, botana, recuerditos, ramo, adornos, iglesia, anillos, refrescos y toda la comida.
Cuando las familias se reúnen y llegan al acuerdo buscan un tocadiscos que anuncie al pueblo en general la unión matrimonial de sus hijos, suena loco pero es algo así:
El señor Juan Antonio Barba y su distinguida esposa Rosy Montemayor tienen el honor de invitar a usted y a su apreciable familia al enlace matrimonial de su hija la “señorita” Adriana Marisol Barba Montemayor, quien contrairá matrimonio con el joven Romeo bailador de cumbia, que se llevará a cabo el día 13 de marzo del 2022 en el domicilio ya conocido Barrio San Isidro. A las 12 del mediodía la lectura del acta y posteriormente el banquete.
Después del anuncio, que es 3 días antes de la fiesta, todo el pueblo ya está listo para el día del festejo.
El día del evento los invitados visten trajes regionales: las mujeres de enagua y huipil, cabello con trenzas recogidas con listón y flores del lado izquierdo o derecho, dependiendo cuál sea su estado civil.
Los caballeros visten guayabera o filipina pantalón de vestir negro o beige y paliacate. Ellos llegan con un cartón de cerveza en el hombro y las damas con la limosna o regalo.
Una dato importante es que la mamá de la novia les tiene que obsequiar un ropero nuevo para su vida en matrimonio.
Mientras Cielo hablaba emocionada contándome, yo estaba pálida, ¿de verdad en el 2020 hacen eso en tu pueblo? Le decía incrédula.
Sorprendida por tanto protocolo y riéndome con la oaxaqueña me imaginé casándome a la istmeña, pensaba en una lista enorme de cosas que pedirían mis hijas para hacer el trato de entregarme en el altar. Algo así como: 5 botes de Nutela, 2 kilos de crepas, 20 órdenes de tacos al pastor, 10 kilos de carnitas michoacanas, algunas botellas de tequila y muchas botellas de Diet Coke.
Por suerte soy regia y la única costumbre y tradición que tengo es manejar para Allende los viernes, tacos de trompo los sábados y seguir soñando con cosas de amor.