Bronson
Rockeando por la Ciudad | Bronson retrata la vida de uno de los criminales más violentos de la historia británica. Marco Antonio Hetfield la desmenuza en su columna.
Por Marco Antonio Hetfield
Puebla, México, 3 de febrero de 2021 [00:01 GMT-5] (Neotraba)
Charles Bronson es una de las figuras más polémicas de la Gran Bretaña. No hablo del famoso actor de westerns, si no del prisionero más violento de la historia británica. Más allá de sus crímenes, era reconocido por provocar el caos. El guionista danés, Nicolas Winding Refen, parte de la biografía de Bronson para mostrarnos cómo se deconstruye la creación artística a través de la violencia. Nos da un paseo por todas las cárceles y los psiquiátricos por los que pasó durante su vida.
Bronson es una historia que se adentra en la mente de su protagonista. En su análisis, nos muestra el deseo de reconocimiento, desde el cual deriva la violencia. Winding Refen lo plantea desde el monólogo. Así vemos a Bronson mismo, interpretándose en un teatro, abrirse ante un público que reacciona a sus acciones. Dentro de la discreción del sujeto frente al mito, Bronson se justifica. De ahí surge la empatía: vemos a un ser humano que busca la aceptación a través de lo único que sabe hacer, pelear.
El trabajo de Winding Refen, director de películas como Drive y The Neon Demon, es un referente al emplear la luz de neón para crear atmósferas únicas. En Bronson, aunque este estilo de iluminación no abunda, se utiliza para remarcar la violencia detrás del personaje. Vemos cómo cae sobre él cada que aparece. Y cuando no, es para hacernos entender que, al tratar de adentrarse en la sociedad, oculta la violencia que lo carcome. Sin embargo, al ser incapaz de lograrlo, deja salir su lado más salvaje. Cae sin remedio en la misma espiral de violencia.
Bronson es una película complicada. Nos lleva a un personaje con aspiraciones destructivas, mientras penetramos en su mente. Nos topamos con el caos y la ruptura de la moral. Aunque cumpla sus metas, y así consagrar sus anhelos, Bronson no logra nada. Más que darse cuenta de que está tras las rejas, se percata de que se tiene encerrado a sí mismo. Esto lo lleva al deterioro mental. No le queda más que reproducir la violencia hasta que todo termine.
