Arte e historia en el Primer Corredor Metropolitano de Ofrendas
Un resumen de cada una de las instalaciones participantes en esta iniciativa municipal y del estado, para celebrar el día de muertos en Puebla.
Un resumen de cada una de las instalaciones participantes en esta iniciativa municipal y del estado, para celebrar el día de muertos en Puebla.
Por Luis J. L. Chigo
Puebla, México, 26 de octubre de 2021 [05:06 GMT-5] (Neotraba)
Con motivo de las festividades de Día de Muertos, el Ayuntamiento de Puebla, encabezado por Eduardo Rivera, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, a cargo de Fabián Valdivia, y demás instituciones estatales y universitarias pusieron en marcha el Primer Corredor Metropolitano de Ofrendas. El evento comenzó el 24 de octubre y tendrá lugar hasta el 7 de noviembre del año en curso. Las sedes se reparten en la Zona Centro de la ciudad de Puebla, así como en San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Huejotzingo y Cuautlancingo.
En el caso específico de la ciudad de Puebla, las ofrendas dieron paso en este año a una demostración de labor artística, pues la mayoría de ellas no apuntan a un personaje específico sino a una serie de sucesos o a la festividad en general. Edificios históricos del Centro son el escenario donde la muerte se manifiesta como acto cultural y cotidiano de la muerte en la vida del poblano.
Una mezcla de color, tradición, historia y sincretismo son los distintivos de las ofrendas en esta edición de las festividades, una de las de mayor expectativa entre la población. El equilibrio entre la variedad de representaciones es una de sus características principales, pues las encontramos similares a las de Huejotzingo o la Sierra Norte, muestra de la diversidad cultural de la ciudad y el estado.
Todas las sedes cuentan con medidas sanitarias para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2.
A continuación, un breve recorrido por las ofrendas que componen el Primer Corredor de Ofrendas Metropolitano.
Un espacio tradicional por su labor culinaria dedica su ofrenda precisamente al barrio donde reside. Se trata de una ofrenda totalmente tradicional de un nivel y que representa la fachada de un edificio histórico de la zona. El sentido de la ofrenda radica en la historia del edificio aledaño: Casa Aguayo, donde se resalta su pasado como almacén de granos y estadía de ganado porcino.
Además, se menciona el uso de Casa Aguayo como baños públicos, hospedaje para veteranos del Ejército Mexicano, así como cuartel de la Batalla del 5 de Mayo.
El Barrio del Alto se construyó la primera parroquia de Puebla y en sus monumentos eclesiásticos se celebró la primera misa de la ciudad.
En contraste con la vivencia actual de la pandemia COVID-19, el museo propiedad del Tecnológico de Monterrey conceptualiza en su representación a los fallecidos por la pandemia de viruela que azotó a los mexicas en 1520.
Se trata de una composición con un rescate amplio de elementos originarios, determinados por las narraciones de Fray Bernardino de Sahagún, Francisco López de Gómara, Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo. La ofrenda traduce los distintos niveles del Mictlán, complementada por simbologías propias del origen de la humanidad según los mexicas, como el maíz, el corazón, el agua o las montañas.
Esta instalación no permite la entrada a todos los lados de la ofrenda y cuenta con elementos interactivos como códigos QR y poesía recitada.
Dedicada a Agustín de Iturbide, el museo de la Casa del Mendrugo muestra una ofrenda con un elemento que resalta la tradición culinaria de la ciudad: el chile en nogada. La historia cuenta que el platillo fue elaborado especialmente para quien liderara el Primer Imperio Mexicano.
Se puede apreciar la utilización de materiales reciclables –como cartones de huevos– o reutilizables –velas mecánicas. Durante la exposición de la ofrenda, el visitante puede recorrer la exposición del museo que comprende distintas piezas arqueológicas y finaliza con el entierro de “Chuchita”, vestigios del hasta ahora ser humano más antiguo de Puebla.
Adicionalmente, se exponen calaveras producto de las ediciones anteriores del corredor de ofrendas y cuyos personajes pertenecen a la cultura pop.
La BUAP hace presencia en el corredor con una ofrenda dedicada a la caída de Tenochtitlan. Con un corte más narrativo, la principal característica de la ofrenda universitaria es un tzompantli, altar elaborado con cráneos y que en la cosmogonía mexica era usado para honrar a los dioses.
El conjunto artístico es sobrio, sin abstenerse de ser equilibrado y colorido. Un tapete de aserrín morado, rosa, naranja y natural mapean los cuatro puntos cardinales en cuyo centro se encuentra el origen de la humanidad, el maíz. Dicho universo aparece custodiado por cuatro calaveras que simbolizan guerreros mexicas.
A pesar de titularse “La muerte del Quinto Sol Azteca”, los cráneos de papel maché y las flores de papel china transmiten festividad e ironía en sus rostros sonrientes.
Se trata de una ofrenda majestuosa con una dimensión considerable: ocupa la mitad del patio del Palacio Municipal. Es la de mayor cantidad de niveles y se uniforma de color azul, una clara referencia a la tradicional cerámica de talavera, la cual también podemos observar en la elaboración de algunas calaveritas y catrinas.
En la parte más alta del altar se encuentra una catrina vestida de china poblana y en los lados se observan calaveras flotantes con plumaje similar al de los sombreros de huehues durante el carnaval.
Durante el recorrido, nos percatamos de que es la que mayor cantidad de visitantes recibe pues se aprecia una fila de espera para acceder al altar.
La sobriedad de estilo distingue a la ofrenda del órgano de Justicia, quienes la elaboraron con dimensiones pequeñas, pero con una elaboración concreta. La ubicamos justo en la entrada al Palacio. Está dedicada a las mujeres protagonistas de la lucha de Independencia en México: Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra y Altagracia Mercado.
Cabe resaltar que se trata de una ofrenda en la cual todo el edificio es protagonista. Si bien la sencillez ocupa el corazón de la edificación, la construcción entera ofrece una decoración atractiva que atrapa la mirada del transeúnte. Los dos pisos del Palacio de Justicia sostienen flores de cempasúchil desde el techo hasta poco más debajo de las ventanas del nivel inferior.
Por la noche, esta ofrenda muestra un juego de luces en la fachada e ilumina a las cuatro revolucionarias transformadas en catrinas en el balcón principal.
Otra muestra de monumentalidad y asesoría artística o creatividad. La ofrenda principal ocupa casi la totalidad en el patio principal. Es bien sabido que uno de los elementos principales debe ser aquellos de índole religiosa, y en esta sede encontraremos ese sincretismo sin ser necesariamente el protagonista. Al centro y debajo de una cruz latina con sistema de iluminación podemos apreciar al dios mexica de la muerte.
Llama la atención la aparición de una barca con un xoloitzcuintle a la punta. La intervención tiene como propósito representar las 32 variedades de colocación de ofrenda en la entidad poblana, como muestra de 500 años de resistencia indígena. La barca en sí es el símbolo del cruce de las almas por el río Chignahuapan, primera prueba para reunirse con Mictlantecutli.
Alrededor de la ofrenda principal y como muestra de esta diversidad cultural del estado, podemos encontrar ejemplos de ofrendas como la mestiza, popoloca, tepehua, totonaca, mazateca, otomí, mixteca y nahua.
De todas las sedes, esta presenta una propuesta estilística distinta, pues retoma la originalidad de las ofrendas en Huaquechula, simulando tela de satín y velas altas. Está dedicada a los Hermanos Serdán, cuyo nivel está ocupado por los cuatro y no por los tres que regularmente son enunciados.
También la propuesta del color es distinta: el blanco impregna la atmósfera de una luz distinta y la ausencia de colorido no es una desventaja, aprovecha las dimensiones del espacio para captar la vista del visitante.
Además de la contemplación de la ofrenda, la oficina ofrece todo tipo de información turística que puede ser aprovechado por personas fuera del Estado.
Acompañada de video performance y pintura al óleo sobre tela, la CDH Puebla se enfoca en el personaje de la Malinche y la reivindicación del mismo a lo largo de la historia del país.
Con una estructura piramidal de 5 niveles, Malinche retoma su posición en la cima de una historia poco condescendiente con ella.
El ingreso está limitado a 10 minutos y en la visita se puede adquirir de forma gratuita un libro bajo el sello editorial de la CNDH.
Nuevamente aparece la estructura piramidal, pero en esta ocasión estamos frente a la ofrenda más grande de las que componen el Corredor. Dicha estructura no es simbólica, pues en efecto pretende representar la pirámide de Cholula, donde también podemos encontrar una maqueta del Santuario de la Virgen de los Remedios.
La propuesta es didáctica, cada elemento posee una ficha con su nombre y el orden permite la apreciación sin mediar una mezcla como en el resto de las intervenciones. La resistencia indígena también delimita el tema, pero ahora a través de elementos culinarios, jugando con objetos traídos a Mesoamérica con la llegada de los españoles.
El altar de seis niveles simula un camino al Mictlán, con el rostro del dios al centro de la ofrenda. Contraria en su estilo a la del Módulo de Información Turística del Estado de Puebla, las decoraciones en negros envuelven al visitante en una atmósfera más intimidante, pero no por ello poco atractiva.
Asimismo, después de la visita a este altar, se puede informar de la cartelera de cine de terror clásico que ofrece la institución para estas fechas.
Al momento de este recorrido, la ofrenda de San Pedro Museo de Arte no estaba terminada, por lo cual no fue posible obtener una descripción de la misma. El resto de inmuebles puede visitarse en un horario de 10:00 a 20:00 horas.