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Por Mónica Maristain

Ciudad de México, 19 de enero de 2021 [00:00 GMT-5] (Maremoto Maristain)

Me he asociado a Europa Europa, porque Netflix entre las películas indias, las españolas y toda la basura estadounidense, se parece cada vez más al canal que tienes que tener pero no sabes por qué.

Total que para ver cine europeo, que es lo que más me gusta, ayer encontré un filme desarmador y que me dejó pensando: la historia de dos hermanas tremendas, hijas de una familia disfuncional, donde el padre se fugó con otra mujer y la madre, hundida en la pena, se suicidó a los pocos años.

Las dos chicas llegan a una casa que aparentemente es lujosa, todo el mundo parece estar de vacaciones, pero poco a poco comienza a mostrar su verdadero cometido. Alicia Vikander (sí, la sueca que enamoró a Michael Fassbender en esa película perturbadora La luz entre los océanos) es la hermana pequeña. Ve todo con desconfianza y algo no le va sonando bien desde que se encontró con su hermana, la genial Eva Green.

Dirigida por Lisa Langseth (la misma que hace en Netflix la serie Love & Anarchy), la película tiene también a Charlotte Rampling, quien se convierte de pronto en la mediadora de estas dos hermanas que se odian, de pegan, nunca se dicen lo que es necesario decir en los momentos trágicos y que siempre han vivido separadas.

“No me atiendes el teléfono, luego me mandas un correo y me dices que estás ocupada”, dice la víctima Eva Green. Ella, muy dura, sin ninguna debilidad a la vista, no contesta o grita o fuma un cigarrillo o dice que se va a ir.

Pronto se sabrá que Emilie (Green) va a esa casa para despedirse de la vida, en un ejercicio de eutanasia voluntaria a la que ha llevado a la hermana probablemente porque es la única cercana y a la que no le ha dicho para que va.

Esta violencia inicial contra la hermana pequeña es un síntoma de la violencia que envuelve a las dos hermanas y que va a desplegarse totalmente a lo largo de la película.

Euphoria es un filme afirmado en los dos personajes centrales, donde Vikander es la persona que va a vivir y Green la que deja pronto esta vida con muchos miedos y pocas certezas.

En una de las últimas escenas, cuando Eva decide a morirse, poco a poco se va armando la tarea de reconciliación en la que las dos son hijas abandonadas por una madre que extrañan y por no poder haber hecho, ninguna de las dos, que la madre viviera.

Charlotte Rampling es esa madre postiza que poco a poco las va acercando y todas las reflexiones en torno a la muerte y a la vida se suceden en esos seres solos y desvalidos, entre los cuales se encuentra Charles Dancer, quien en su papel de Mister Daren, con una enfermedad terminal en el cerebro, también pone las cosas en su lugar para una rebelde y cínica Inés (Vikander).

La película se estrenó en 2017, no recibió buenas críticas, para colmo de males una serie con su nombre hace olvidar este filme hondo y sereno (que no tiene nada que ver con la serie), pero a tres años de haberse estrenado, pareciera ser que es como el vino bueno: mejora con los años.

Siempre es bueno ver a dos actrices de este tamaño decirse o no decirse esas cosas que envuelven a las hermanas, en una relación todavía poco estudiada en el cine y la literatura, aunque hay muchas películas y muchas novelas en su honor.


Esta nota se publicó originalmente en Maremoto Maristain:


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