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Por Henry Alexander Gómez

Bogotá, Colombia, 5 de octubre de 2023 (Neotraba)

Mujeres negras

Marianne von Werefkin / Hannover, Museo Sprengel

Esa niebla negra por donde ahora avanza una mujer que lleva en su alforja el nombre de cada mujer sobre la tierra:

la mujer que se levanta a la madrugada y en silencio atiza la mañana con la estufa de carbón; la que se crucifica cada noche en el Gólgota y muerde con rabia sus pecados; la que hizo llover y sustentó la cosecha; la que degolló un gallo con su piel y alimentó el sexo de Jesucristo; la que ilumina el sol mirando las estrellas; la que guarda en su corazón las piedras con las que se hacen los muros de las cárceles; la que abre las piernas para volver a ser niña; la que lleva en su rostro el rostro de todos sus muertos; la que escribe poemas en la oscuridad y la que teje la leve risa del aire.

Van, por la orilla del alba, bajo la niebla negra, fundando la tierra.
Crónica del tren de medianoche
Un día leí en un viejo periódico la noticia de un niño que intentó parar un tren con sus manos: “El pequeño joven se paró delante de la máquina que venía a toda velocidad y puso las manos hacia adelante con intenciones de frenarlo”, advirtió el maquinista. “No puedo borrar de mi mente sus ojos soñolientos y una risa púrpura que contrajo el tiempo por unos segundos”. Y agregó: “Comencé a tocar la bocina exasperado, ya que el tren no podía detenerse”. 

El nombre del muchacho era Georg Trakl, pianista de Salzburgo.

Tiempo después, vi al niño del tren. Juro que brotó de la rama de un arce rojo y se puso a jugar en uno de mis poemas. No le bastó con haber mordido cada palabra para luego desperdigarlas en el suelo. Me dijo que la lluvia es ambulante y que los muertos llevan brazos de plata en las noches especialmente frías.
Casa giratoria

Paul Klee / Madrid, Museo Thyssen-Bornemisz

Le jalé una hebra a un pedazo de la noche y la cubrí con un poco de cera. Mis manos moldearon una vela que alumbró la habitación. Miré la llama por horas y logré entender el reflejo de su luz en la pupila de cada hombre o mujer que alguna vez ha encendido un fuego; supe también cómo la llama me observaba.

Esa flama, esa gota de estrella que me abraza con mi yo primitivo, es un ringlete que rueda por el tiempo, una veleta de fuego movida por el corazón de todos los hombres.
Autorretrato semidesnudo

Richard Gerstl / Viena, Museo Leopold

Cerca de la muerte todo es más claro aunque la belleza es más compleja. Comprendo que debo reinventar el origen de las cosas, la línea y su trazo, y devolverle a la vida el hombre que soy.

Le devuelvo a la tierra mi tacto, la ternura con la que contuve su peso por primera vez y la mugre que guardo debajo de las uñas. Le devuelvo al aire mi respiración, los aromas que envolvieron los cafés de la tarde y que rastreé como un niño enloquecido. Le devuelvo al sonido mi voz y sus silencios, las palabras que solté con miedo el día que asalté su ropa y dibujé un lápiz en su piel. Le devuelvo a los árboles y sus pájaros mi escucha, el ruido de mis pensamientos. Le devuelvo a las nubes mi mirada, la geometría de mi corazón que espera una breve respuesta.

Le devuelvo al mundo el amor y lo desmiento.

De La torre de los caballos azules

Sarah Vaughan
La música va adquiriendo su voz y su forma, le da un ligero movimiento a la lápida que se marchita frente al lirio blanco. Miro mis manos –ahora descansan sobre vientos solares– y me pregunto: ¿qué haremos cuando ya no exista polvo suficiente para cubrir todas esas viejas cosas?

David Bowie

La sirena que anuncia la tempestad del amor, las cinco cuerdas con las que doblamos y perdimos el mundo, también nos recuerdan la resurrección de las estrellas, el viejo niño que oprime el botón rojo y estalla cuando encendemos la radio.

Es la escalera final, aquella por la que descendemos hasta llegar a las nieves perpetuas que sostienen el cielo: una quemadura de palabras andróginas, el látigo sideral con el que venimos marcados desde el comienzo.

De Diabolus in música


Henry Alexander Gómez (Bogotá, 1982). Ha recibido diferentes distinciones, entre ellas el Premio de Poesía Universidad Externado, el Premio Casa de Poesía Silva, el Premio Internacional de Poesía José Verón, el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández y el Premio Internacional de Cuento Juan Ruiz de Torres. Es cofundador y editor de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida. Libros: Memorial del árbol, Diabolus in música, Tratado del alba, Georg Trakl en el ocaso, La noche apenas respiraba, La torre de los caballos azules y el libro de relatos Cuentos para hundir un submarino.


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