La bodiscuis.
¿Han asistido últimamente a una boda? A últimas fechas nos hemos dado cuenta de que una boda se parece cada vez más a cualquier fiesta. Israel Rosas escribe sobre una boda que salió de lo ordinario.
¿Han asistido últimamente a una boda? A últimas fechas nos hemos dado cuenta de que una boda se parece cada vez más a cualquier fiesta. Israel Rosas escribe sobre una boda que salió de lo ordinario.
Por Israel Rosas (@irosasr)
Parece que mucha gente se ha acostumbrado a las fiestas genéricas. No importa si es una boda o una graduación; el esquema suele ser el mismo: una persona como animadora, un grupo musical y sillas con moños de diferentes colores.
No es que esté mal, por supuesto. Cada quién decide cómo y dónde celebrar los momentos importantes de su vida. Sin embargo, si todo resulta conforme a lo planeado, se trata de un momento que no se repetirá en la vida y, por lo tanto, merecería una fiesta excepcional.
Una boda en Avándaro durante el fin de semana -La Bodiscuis- me hizo recordar las pláticas que en algún momento he tenido con mi novia acerca del tema. Porque esta fiesta, tal cual, estuvo dedicada a celebrar el amor de la pareja y no a cumplir con la lista de requisitos de una boda genérica.
Desde el nombre de las mesas hasta la decoración del lugar -pasando por el excelente DJ-, todo fue muestra de la buena vibra que transmite el ahora matrimonio. Con el paso de las horas, era necesario voltear a señales obvias como el lanzamiento del ramo para recordar que festejábamos una boda.
En general, todo apuntaba a una sola cosa: fiesta y felicidad; justo como ha sido y apunta a ser la vida de Javi y Jimena.