El Stand de los Besos: ¿una pérdida de tiempo?
Paulina Michelle Romero Tenorio escribe una contundente crítica sobre la película El Stand de los Besos.
Paulina Michelle Romero Tenorio escribe una contundente crítica sobre la película El Stand de los Besos.
Por Paulina Michelle Romero Tenorio
En cuestión de cine, los adolescentes suelen ser un público fácil de cautivar. Algunas veces lo único que necesitas es una comedia romántica cliché y personajes físicamente atractivos para crear una película que cautive a una audiencia joven. The Kissing Booth (El Stand de los Besos, en su traducción al español)es el ejemplo más claro de esta tendencia. Este filme fue estrenado el año pasado y es una adaptación cinematográfica del libro con el mismo nombre escrito por Beth Reekles y publicado en Wattpad.
La dirección de la película estuvo a cargo de Vince Marcello quien se había encargado de cintas como Teen Beach Movie y Liar Liar Vampire hace un par de años. A decir verdad, no soy fan de sus películas; sin embargo, supongo que la comedia romántica es la temática que prefiere.
El Stand de los Besos fue estrenada en la plataforma de entretenimiento Netflix el 11 de mayo de 2018. Como apunté antes el filme causó revuelo entre los adolescentes cuando se estrenó. Todos decían que era una película maravillosa, romántica, graciosa, entre otros elogios. A mí parecer este filme es aburrido y muy predecible. Si me pidieran que la calificara, le daría menos de un 3 en una escala del 1 al 10. Trataré de argumentar al respecto.
La trama gira en torno a Elle Evans (Joey King), una adolescente que ha sido la mejor amiga de Lee Flynn (Joel Courtney) durante toda su vida. Ellas nacieron el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y sus mamás eran mejores amigas. Desde los 6 años, su amistad se basa en reglas fundamentales, entre ellas destaca “no enamorarse de los familiares de tu mejor amigo”. La relación entre Lee y Elle se verá afectada cuando esta última se empiece a enamorar de Noah, el hermano mayor de Lee (Jacob Elordi).
Además de este quiebre en la trama, hay otros elementos para analizar: la película empieza contando las partes más importantes de la vida de Elle desde su nacimiento hasta la actualidad en una escena que dura alrededor de 5 minutos. En este tiempo se introducen personajes, las reglas de la amistad y la situación familiar de Elle: vive con su papá y su hermano, porque su madre falleció poco tiempo antes del desarrollo de la película.
Considero que el argumento del filme es muy flojo en general, al igual que su desenlace. Tenemos la historia de una chica enamorada del hermano mayor de su mejor amigo. Esta situación, por supuesto, ocasiona problemas, pero al final su amigo aceptará su relación y todos serán felices. Algo típico en muchas películas, quizás llevado al extremo sin hacerlo interesante.
Para mí, en general, el filme va demasiado rápido, entiendo que –como el guion está basado en un libro– no puedes incluir todos los elementos; a pesar de ello, los cambios de escena son extraños y casi fugaces. Solo por poner un ejemplo: apenas estás entendiendo que Elle y Lee son mejores amigas y aparece, de improviso, para intentar capturar tu atención, la madre de Lee y los dilemas que enfrenta por la enfermedad terminal que sufre.
El guión de El Stand de los Besos estuvo a cargo de Beth Reekles y Vince Marcello. Los diálogos de los personajes son predecibles y abundan en clichés. Otro problema de la película es que los actores –por más esfuerzos que hacen– no le pueden inyectar vida a su trabajo porque los personajes que interpretan son planos. Es difícil empatizar con un estereotipo, sobre todo, cuando cada uno de los protagonistas que seguimos se nos presenta superficialmente. No hay aspectos de sus vidas que provoquen cariño o interés. Además, la protagonista está tan sexualizada que aprovechan la oportunidad más pequeña para exponer su cuerpo y, aunque sé que ese truco es un vano intento por hacer comedia, no funciona.
A pesar de estos fallos hay cosas interesantes en la película: los escenarios y la fotografía reflejan la típica sociedad norteamericana de clase media-alta. Observamos casas, escuelas, playas o parques pintados con colores agradables y vivos. Entendemos que el director y su equipo intentan, a través de la imagen, llevarnos a vivir en el mundo que nos presentan.
Por último, retomando la historia, creo que pretende que el público se sienta identificado con aspectos claves de la adolescencia: el primer beso, amistades, popularidad escolar, sexualidad, entre otros; no obstante El Stand de los Besos, trata estos temas de una forma tan superficial que no motiva ninguna reflexión interesante y nos quedamos con la misma historia de siempre.
Por esta razón, una vez transcurridas las casi dos horas de película, sentimos que hemos perdido el tiempo.