El placer y la zozobra.
Marco Sandoval escribe sobre el momento en el que un enorme avión vuela sobre nuestras cabezas con la posibilidad, siempre latente, de que se nos caiga encima.
Marco Sandoval escribe sobre el momento en el que un enorme avión vuela sobre nuestras cabezas con la posibilidad, siempre latente, de que se nos caiga encima.
Por Marco Sandoval[1]
Puebla, México, 24 de febrero de 2020 (Neotraba)
Esta tarde vi pasar un armatoste de FedEx. Debe ser un vuelo de transacción porque cada domingo es el mismo, a la misma hora. Se trata de una configuración de carga que surca el cielo de un fraccionamiento ubicado en los suburbios. A 90 metros de altura (podrían ser más pero siento cómo abanica) las turbinas que se desaceleran rugen mientras los alerones, por debajo de sus larguchos remos, vibran y pierden fuerza de escape. No alcanza la velocidad mach, pero rompe el viento a más de 250 Km/h, de eso no tengo duda. A veces siento que se viene encima de todos nosotros, los que estamos en las canchas tirando el balón a la canasta, corriendo de tanto en tanto. Saltando la cuerda. Espero que falte mucho para ello, o nunca.
Todo el tiempo sobre el cielo, en distintos tamaños y potencias, pasan ellos, tripulados por decenas. Como en aquella película en que la turbina de un avión se proyecta y se desparrama dentro de la habitación del protagonista, un esquizofrénico paranoide que puede hacer viajes centesimales al futuro y pudo predecir su muerte, pero no evitarla. Así los veo: averiados, peligrosos. El 28 de octubre del 16, un avión de la misma compañía incendió su tren de aterrizaje en el aeropuerto de Florida.
Todo empieza con un agudo silbido. De menos a más. Similar al que hacen las aguilillas de Harris cuando se posan en una empuñadura. No todos se abstraen al hecho; sino sólo una niña, y yo. Lo seguimos hasta perderlo entre cables y tinacos.
Memento mori, pienso.
A esta hora el sol se tira al oriente. Entre los árboles y el cerro se pierde en la bruma. Es verano y a los ojos del observador, el sol saldrá mañana unos centímetros más a la derecha que en primavera. El próximo equinoccio es el 23 de septiembre y luego vendrán otros pareados de solsticios. Será lunes y hay que regresar. Sobre este y otros cielos, los aviones de carga y comerciales pasarán con los años. Sucede todo y no más.
MS 07-07-19
[1] Es un informático por accidente y escritor de recreo que practica el Totemismo Libraco. Alguien que cree que Wittgenstein y Nicanor Parra son compadres de pulcata que discuten sobre Panteísmo.