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Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 10 de agosto de 2021 [01:07 GMT-5] (Neotraba)

“Catálogo del cuento mexicano es una página web que nace como una consecuencia natural de la publicación de mi libro Historia secreta del cuento mexicano 1910-2017 (UANL, 2018). Se trata de un recurso no sólo de investigación para encontrar la información sobre cuentistas mexicanas, sino de divulgación en torno al cuento a través de entrevistas, de lecturas y un repositorio bibliográfico”.

De este modo es como Liliana Pedroza nos comenta sobre su trabajo más reciente: Catálogo del cuento mexicano. Doctora en Literatura por la Universidad Complutense de Madrid, Liliana nos permitió plantearle algunos cuestionamientos para que nos expusiera las ideas rectoras que la llevaron a realizar uno de los proyectos más ambiciosos no sólo de los últimos años sino de la historia de la literatura mexicana: https://www.catalogodelcuentomexicano.com/

“Además, realicé un apartado especial en el que puse mucho cuidado para ver de manera gráfica el catálogo en cifras, es decir, para mirar por medio histogramas o mapas la representación sobre la presencia de las autoras en el campo literario a lo largo del tiempo.

Y digo que es una consecuencia natural porque luego de realizar el ejercicio de narrar una historia del cuento que corría paralela frente al canon y de reunir la información de más de 500 autoras –un trabajo que nadie había hecho antes en México–, sabía que este proyecto necesitaba tener las herramientas de un catálogo vivo, no sólo para actualizarse sino para llegar a un público más amplio, y eso podía ser posible a través de una página web”.

Óscar Alarcón. ¿Cómo se gestiona la página? Es decir, si alguien desea añadir a una autora ¿qué debe de hacer?

Liliana Pedroza. Al ser un catálogo vivo, en donde se puede corregir y actualizar información, existe una pestaña de contacto que despliega un formulario para enviar información cualquiera sea el caso.

Hasta ahora, me han contactado algunas autoras, pero pueden hacerlo investigadores o lectores. Este, en principio, es el primer paso, pues después me toca hacer el trabajo para corroborar esa información porque a veces suele ser imprecisa o incompleta. Así que debo contrastarla con otras fuentes de información fiables y eso puede tomar tiempo.

Fragmento de la sección Gráficas del Catálogo del cuento mexicano
Fragmento de la sección Gráficas del Catálogo del cuento mexicano

ÓA. Cuando se detalla el proyecto en la página, se menciona: “es un proyecto dedicado a la publicación de la obra de cuentistas mexicanas o radicadas en México que hayan publicado total o parcialmente su obra en el país”. Esto abre la posibilidad a que autoras no nacidas en nuestro país también ingresen al catálogo. Me agrada porque no limita a la nacionalidad. Platícanos cómo se desarrolla esta decisión.

LP. Fue necesario tomar esa decisión muy al principio de mi investigación, me pregunté: ¿quiénes son los escritores mexicanos? ¿Los que nacieron en México? Entonces deberíamos dejar de hablar de Elena Poniatowska o de Carlos Fuentes, por ejemplo. Por eso decidí ampliar ese registro a autoras que, a pesar de no haber nacido en México, hubieran desarrollado parte de su trabajo literario en el territorio mexicano, así como a mexicanas de nacimiento que hubieran escrito y publicado fuera del país.

Sucede muy a menudo que los escritores que desarrollan su trabajo literario fuera de su país no son considerados en ninguno de los dos países, ni en el de nacimiento ni el de acogida, salvo que haya tenido una repercusión mediática muy fuerte, pero entonces no son considerados en la historia literaria de ningún sitio, no pertenecen a ningún lado. Por ello tomé la decisión de sumar en lugar de restar. Me parecía absurdo lo contrario.

Cabe señalar que el papel humanista y científico de las Universidades siempre ha tenido un lugar destacado para la evolución del conocimiento en México. A últimas fechas, la Universidad Autónoma de Nuevo León –y en específico Antonio Ramos Revillas, director de la editorial de la UANL– ha impactado a nivel nacional, pues si de publicaciones se trata, se han convertido en un referente.

Es una muestra de que las Universidades deberían estar en el centro del quehacer social, dialogando con todos los estratos de las colectividades. La investigación que las Universidades desarrollan debe de ser asequible al gran público, justo eso la da el valor de universalidad, de totalidad.

ÓA. ¿Qué representa para ti que la Universidad Autónoma de Nuevo León apoye este proyecto?

LP. La invitación de Antonio Ramos Revillas, director de la editorial de la UANL, es fundamental para dar a conocer esta investigación. Historia secreta del cuento mexicano, es un libro raro porque es un texto anfibio: es un relato en el que muestro gráficas y fichas de autoras que han publicado a lo largo de más de 100 años. “¿Quién iba a querer eso que estaba haciendo?”, pensé.

Pero Antonio lo supo ver y me propuso su publicación, y cuando menos lo pensé esto ya estaba en todos los medios nacionales en la mesa de discusión sobre dónde están las mujeres en la literatura. Además, propició otros proyectos propios como la antología A golpe de linterna, y trabajos de otros editores que elaboraron colecciones de cuento inclusive.

De pronto, las cuentistas mexicanas estaban en todos lados y eso es impresionante. Tiempo después, cuando el FONCA me dio el apoyo dentro del Programa Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales para crear la página web, invité a la UANL a sumarse y el apoyo fue inmediato. Me siento muy agradecida con ello.

Fragmento de la sección Entrevistas del Catálogo del cuento mexicano
Fragmento de la sección Entrevistas del Catálogo del cuento mexicano

ÓA. Y a partir de ello, ¿cuál crees que es el papel que las Universidades deban jugar en materia de género?

LP. Considero que todas las instituciones educativas deberían ser agentes activos en materia de equidad, no sólo de género, sino de otros factores que propician la desigualdad. Es importante cambiar los programas de estudio para que los estudiantes tengan acceso a materiales que den cuenta de la diversidad cultural y lingüística de nuestro país. De alguna manera eso se cuenta en las gráficas que integré primero en Historia secreta y luego en el Catálogo del cuento mexicano: ¿quién escribe? ¿desde dónde escribe? ¿en qué lengua escribe? Hay muchos factores que nos atraviesan y que encauzan el camino de la escritura y de su recepción.

Catálogo de cuento mexicano es un documento que poco a poco irá redimensionándose pues posee la peculiaridad de autoenriquecerse ya que cuenta con el lenguaje nodal que el Siglo XXI nos permite. Justo como Pedroza lo comenta: se reciben las sugerencias de autoras que no se encuentran en el catálogo, se verifican y se incluyen. Al cierre de esta nota cuentan con 564 autoras, 1027 libros y 125 antologías, cifras que nos hacen ver que la discusión sobre si hay mujeres escritoras en nuestro país quedó muy atrás para darle paso a otros temas de análisis.

Este catálogo recorre el camino de escritoras mexicanas desde 1853 hasta 2021, y nos muestra un mapa en donde observamos el número de escritoras por estado en épocas distintas.

Una cartografía viva, dinámica y que abre la posibilidad a encontrar vasos comunicantes en las letras, más allá de los lugares comunes.

Liliana Pedroza. Foto de Alicia Arvayo.
Liliana Pedroza. Foto de Alicia Arvayo.

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