Zaira Eliette Espinosa escribe sobre 20 buenísimas razones para no leer nunca más de Pierre Ménard y nos dice: ¿Cuánto se ha escrito de los beneficios de la lectura? Mucho. Pero nunca se ha considerado que a un libro le adhieran el cintillo: “leer aísla” o “leer te vuelve pedante y esnob”.
#Librosquesuenan
Por Zaira Eliette Espinosa (@zairaee)
Puebla, México, 23 de agosto de 2019 (Neotraba)
Vaya, el título de esta columna es, en efecto, el título del libro del que hablaré. Razones para no leer, que son más de veinte, que el intrépido autor francés Pierre Ménard desmenuza en su libro –¿un anti-libro? – para demostrarnos con ingenio que leer no viene al caso.
Citando a numerosos escritores y filósofos de todas las épocas como ejemplo, Ménard nos presenta un desfile de sinsabores que la lectura ha provocado en la humanidad, efectos irreparables, malsanos e innecesarios que solo pueden evitarse dejando de leer.
¿Cuánto se ha escrito de los beneficios de la lectura? Mucho. Hay estudios, tesis, investigaciones, campañas, pero nunca se ha considerado que a un libro, como a una caja de cigarros, le adhieran el cintillo: “leer aísla” o “leer te vuelve pedante y esnob” o “leer mata” o “leer te vuelve reaccionario”, etc.
Tampoco nos ha tocado que un libro venga con la leyenda “lea las instrucciones de este libro y consulte a su farmacéutico”, y suena totalmente disparatado que el autor quiera promover la no lectura precisamente con un libro, y de eso, claramente, también se mofa.
El libro empieza con un visionario epígrafe de Óscar Wilde: “Antaño, los libros los escribían los hombres de letras y los leía el público; hoy los escribe el público y nadie los lee”. Continua con la indirecta “una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro”. El arte de escribir es el arte de la lectura. Es así como Ménard dirige una crítica alrededor de la industria editorial y los hábitos lectores.
La sátira se extiende a lo largo de las páginas, llegada la razón número catorce: “Leer es cosa de mujeres” y que como contenido atina a decir “El título habla por sí solo”. La razón quince: “Leer es perjudicial para las mujeres” y enfatiza más adelante: “Dejar que una mujer lea es como enseñar a tu mujer a arreglárselas sin ti”.
Pero no solo lo anterior, también leer, explica Ménard, causa alopecia, fealdad, ceguera, tristeza, un montón de afecciones que solo ejemplificando con grandes casos de grandes autores podríamos entenderlo.
Y qué mejor manera de provocar leer que hablando de las virtudes de a lectura, aunque sugiera la falsedad en ellas. “Leer estimula la imaginación, al contrario del cine” (¡!).
Este libro es un tratado pro-lectura, irónico y pertinente. Ménard no miente cuando también asevera que “con los libros no hace falta esmerarse en ser amable. Si pasamos la velada con ellos es porque realmente nos apetece”.
Para quienes nos gustan los libros, este es uno que nos marcará a risas y nos hará reflexionar sobre esta actividad tan “peligrosa” que es leer.
El libro está ilustrado con caricaturas divertidas de Ana Flecha Marco y traducido por la profesora Palmira Freixas.
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20 buenísimas razones para no leer nunca más, Pierre Ménard. Los libros del lince, 2016.
