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Portada de Pizzería Kamikaze, imagen cortesía de Marina Gavito
Portada de Pizzería Kamikaze, imagen cortesía de Marina Gavito

 

Por Marina Gavito

 

Los países del medio oriente se caracterizan por darnos, casi a diario, una serie de noticias sangrientas o de vivir en un constate vaivén político y social, pocas veces recibimos noticias de ellos que no sean acera de esos temas pero debemos de recordar que ahí también habitan personas, que tienen una rutina, que usan celular que salen con sus amigos y algunos que también escriben, igual que en este lado del mundo.

Hablar de literatura israelí es algo extraño y poco común, el autor del que les hablaré ahora es Etgar Keret (1967-), uno de los jóvenes escritores más reconocidos en Israel, comenzó a escribir en 1992, sus cuentos han sido a adaptados a más de cuarenta cortometrajes y su novela Extrañando a Kissinger, fue nombrada uno de los cincuenta libros más importantes en la literatura israelí.

El absurdo es el tema imperante en los relatos de Keret, el primero, “Historia de un conductor de autobús que quería ser dios”, es un breve relato, pero de muy largo título, sobre un conductor que ejerce, por medio de una lógica impecable, una pequeña tiranía sobre los viajeros. “El deschabete de Nirmod”, es uno de los más curiosos y divertidos relatos, en dónde la locura se turna en un grupo de tres amigos, cuando caen en la cuenta de que ésta funciona de manera lógica, comienzan cuidarse y al poco tiempo descubren que la causa puede ser una tragedia sucedida hace años. Actitudes descaradas, gula, alucinaciones y espiritismo se conjugan en un relato ágil y que nos da una sensación de que puede pasar en cualquier momento en nuestro cuerdo y lógico mundo.

“El coctel del infierno”, pequeño relato de amor en dónde los habitantes de un pequeño poblado reciben visitas de los condenados en el infierno, los cuales tienen permitido salir una vez cada cien años durante un día; la muerte y las reglas conocidas en el mundo occidental sobre ella, son transgredidas para ponernos ante un mundo dónde hay vida después de la muerte y al parecer no tan cruel como lo solemos pensar.

¿Qué hacemos ante algo hermoso y digno de ser llamado arte? Usualmente lo ponemos en un museo para que sea visto y ¿si eso que llamamos arte resulta ser un útero? Eso sucede en el cuarto relato del libro; un niño relata como el útero de su madre es elevado al rango de obra artística, se puede considerar una crítica a que hoy en día hemos perdido el concepto del arte y casi cualquier cosa lo es. Además de esto podemos ver ciertas ideas sociales y de convivencia entre el hombre y la mujer.

Al final del libro nos encontramos con la novela breve Pizzería Kamikaze. Hain, un joven suicida nos da cuenta de su vida después de la muerte, poco después de su suicidio aparece en un mundo muy similar al mundo de los vivos, así que se ve en la necesidad de buscar un trabajo precisamente en la Pizzería Kamikaze, poco apoco va encontrado rehaciendo su rutina y consigue un amigo: Ari Galfend, el cual conoce a un joven y suicida músico de los años noventa, la rutina se apodera de la vida Hain, mientras que su amigo Ari hace un reencuentro familiar, muy poco común en ese mundo debido a que ahí sólo llegan los suicidas o los que tuvieron una muerte accidental.

Cuándo Hain se entera de que su novia también ha llegado a ese mundo decide buscarla, acompañado de Ari rumbo a un mundo enorme y basto en donde las almas suicidas viven. Los prejuicios de la vida terrenal no desaparecen del todo, ni los vicios y al encontrarse con un cantinero que alguna vez funcionó como bomba humana nos presenta la triste realidad en la que ninguna de sus setenta vírgenes le hace compañía.

Mientras avanzan en la larga carretera se topan con una chica convencida de que su muerte fue un accidente, poco rato después se encuentran a un tipo en una comuna, en dónde ocurren milagros con tan solo pensarlos. Y como en ese mundo también hay locos encuentran a un mesías, un tipo que al igual que el de la tierra, quiere probar ser el elegido una vez más, y es ahí justo donde encuentran a la novia de Hari.

Un mundo de muerte, desolación, rostros tristes, marcas de cortaduras o ataduras —especialmente en el cuello— y dónde lo divino interviene en escasa medida pero eficazmente, es escrito para nosotros. La magia, lo irreal se vuelven asequibles cuando se encuentran de tope con un mundo medianamente real y muy humano.

Un libro breve pero deliciosos en cada capítulo, mordaz, hilarante, angustiante como la vida actual.

Pizzería Kamikaze y otros relatos. Etgar Keret. Ed. Sexto Piso. México, 2008

 

 

Marina Gavito también habita en: http://www.marina-lasnoches.blogspot.com/

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