Un viaje a nuestro mundo muerto.
Héctor Palacios escribe una reseña sobre el libro Nuestro mundo muerto de la escritora boliviana Liliana Colanzi, publicado en México por Almadía.
Héctor Palacios escribe una reseña sobre el libro Nuestro mundo muerto de la escritora boliviana Liliana Colanzi, publicado en México por Almadía.
Por Héctor Palacios (hpalacios)
Jalisco, México, 4 de noviembre de 2019 (Neotraba)
Confieso que nunca había leído a un escritor o escritora de Bolivia, y me congratulo que mi primer acercamiento a las letras de ese país sea con la obra de Liliana Colanzi, cuyo nombre poco a poco se hace un espacio en el mundo editorial mexicano, primero con la publicación de Nuestro mundo muerto por parte de la editorial Almadía, y recientemente con Chaco, en la colección Vientos del Pueblo (2019) del Fondo de Cultura Económica; además, en 2015 ganó el Premio Aura Estrada, otorgado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca.
Nuestro mundo muerto es un libro conformado por ocho cuentos. “El ojo” es el primero de ellos, en el cual entreteje cuidadosamente esa batalla silenciosa entre una joven y su madre, donde el despertar sexual de una y el poder sobreprotector de la otra están en juego. “Alfredito” es el siguiente cuento, en el que narra una historia de infancia, donde el misterio de la muerte se presenta de manera muy cercana y abrumante.
El peso de la muerte, como algo etéreo y a la vez real, lo volvemos a encontrar en “Meteorito” y “Chaco”, aunque los ángulos cambian conforme a la posición y los dilemas de la vida de los personajes principales de dichas historias. “Nuestro mundo muerto”, el cuento que da título al libro, da un salto hasta Marte, donde Colanzi explora el tema de la lejanía, los recuerdos y las incertidumbres que permanecen en nosotros, aunque estemos en otro planeta.
Mencionaré por último el cuento de “La Ola”, que es mi favorito de este volumen. Se trata de una historia profunda sobre alguien que huye de una vida cotidiana que parece un castigo eterno, sobre la búsqueda en la que se convierte esa huída, la transformación que produce esa búsqueda, y sobre el regreso… el regreso a casa. Además, hay más historias en ésta misma. “La Ola” me parece una genialidad.
Leer a Liliana Colanzi es un viaje en el que podemos conocer los paisajes bolivianos, o perdernos en París, o irnos hasta Marte. Es un viaje a lo insólito. En resumen, sus historias nos llevan a donde sea que esté nuestro mundo muerto.
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Nuestro mundo muerto de Liliana Colanzi; Ciudad de México: Almadía Ediciones, 2016; 132 pp.