Por José Luis Dávila.
Se han preguntado cómo transcurre el tiempo. No vayan muy lejos, pregúntense eso solamente sobre su tiempo. Pregúntense si la vida que tienen ahora es la vida que planearon. Si las decisiones tomadas resultaron en lo que esperaban o cambiaron por cualquier razón, pese a que se esforzaron en que todo se cumpliera como lo imaginaron.
¿Hay algún cambio en ustedes que jamás pensaron que ocurriría? ¿Alguna nueva actitud que tengan ahora y que no hubieran tenido si las circunstancias en las que se encuentran fueran distintas? Cuando algo así pasa, todo se mueve. No se sabe más que lo que se tiene enfrente, lo inmediato. Del pasado y el futuro se está inseguro; pero no importa, porque se está bien con ello, sobre todo cuando se está consciente de que no siempre la seguridad de las cosas lleva a la un buen fin. Incluso a veces es mejor no estar seguro de a dónde se quiere llegar.
Estos posibles cambios, ¿cómo se siente que transcurrieron? Pudieron ser cosa de unos días, de un par de meses, de unos pocos años, pero hay veces que se siente como si fueran resultado de toda una vida.
El tiempo está en nosotros, en la forma que lo logramos percibir, en la medida que lo queremos considerar. El tiempo no es concreto, sino subjetivo. Por ello se crea en la intimidad de un espacio propio. ¿Cuántas veces no les ha pasado que están sentados, sin hacer nada, cierran los ojos y se pronto ya pasaron horas enteras? ¿Cuántas veces no han compartido una charla que parezca haber durado diez minutos y hayan pasado tres horas? Estas cosas son las que está conformado el nuevo disco de Noah And The Whale: de cómo el tiempo nos va afectando, en nosotros mismos y en nuestras relaciones con amigos y parejas.
Las nueve canciones que integran el álbum (diez si se cuenta la pieza de introducción) tienen referencias al tiempo y su paso. A lo tarde que se hace cuando se decide postergar algo que preferimos no enfrentar por miedo o falta de fe en nosotros, a cómo los años pasan sin que el tiempo afecte las emociones, a cómo las emociones también se deben ir desechando con el paso de los años, a la carrera contra el tiempo que es la vida misma.
El disco Heart Of Nowhere retrata al tiempo en su medida y transcurso, haciendo que al escucharlo nos preguntemos cómo ha sido nuestro tiempo: nuestro tiempo solos, nuestro tiempo con los demás, nuestro tiempo en los cambios que hemos tenido, y sobre todo cómo ese tiempo aún no se va del todo, pero tampoco podemos hacer nada para detenerlo.