Por Alberto Jorge Zárate Ramos.
Las reflexiones que hoy día debemos de realizar deben de hacerse en relación a situaciones específicas y reales. Han pasado ya las celebraciones de 1 y 2 de noviembre, hemos participado en concursos, festivales y eventos relacionados a ella, la muerte, sin embargo tal vez ahora ya empiece a salir más barato la muerte que la vida misma.
Se habla de la reforma laboral que viene a ajustar tiempos, costos, ganancias y beneficios para las clases trabajadores, tanto esfuerzo realizado a lo largo de nuestra historia por parte de diferentes movimientos sociales y comenzamos a ver que se pierden y se van dejando poco a poco. ¿Por qué? Para mi la respuesta es el miedo, ya tenemos mucho, ya estamos cómodos y si nos atreviéramos a hacer algo en contra de los que nos “dan” algo, seguramente mañana ya no tendríamos nada y preferimos guardar silencio, viendo como lo poco que tenemos se vuelve menos.
Estamos bajo una sombra de control que mueve nuestros pasos, nos guste o no nos guste, formamos parte de… y esperamos por ver que más sale. Las voces de las elecciones parece que se han callado, las voces de los ecologistas de repente se pierden, las voces de los inconformes se emborrachan y drogan. Simplemente se vuelven intolerantes y si nosotros que tratamos de hacer de nuestro entorno un mejor lugar no sabemos conciliar ideas entre nosotros y empezamos a expulsar a los que no piensan como yo… ¿Qué podemos esperar de los que ya son intolerantes con poder?
Día de muertos ha pasado, no dejemos morir nuestras tradiciones, viene el 20 de noviembre, ¿sabemos qué celebraciones se hacen y por qué? Leamos un poco, pensemos más, reflexionemos mucho y actuemos siempre. Al final en lo macro reflejamos lo que somos en micro.