Israel Rosas escribe sobre la película Roma representa una oportunidad sin igual para reflexionar sobre el papel del cine en nuestras vidas. Roma tiene el potencial de sacudir los prejuicios y costumbres de una sociedad como la nuestra, que puede exhibir rasgos racistas alarmantes.
Por Israel Rosas (@irosasr)
Roma es la más reciente película de Alfonso Cuarón. Es más suya que de nadie, ya que él la escribió y la dirigió. También fue una de las personas que la produjo y la fotografió; además, es su propia infancia la que se refleja en la pantalla. Se trata, pues, de su película. “Roma, de Cuarón”.
Personalmente, creo que la mejor sede para verla es el Auditorio Blackberry en la Ciudad de México, recinto que ocupa las instalaciones del que alguna vez fue el Cine Las Américas.
La película inicia con un aviso que se vuelve significativo a lo largo de sus 135 minutos de duración, el cual advierte al público que los diálogos en mixteco cuentan con subtítulos, no así los de otros idiomas. Se abre así el espacio para la reflexión de los espectadores: es más probable que entendamos los diálogos en inglés que aquellos en mixteco, aunque seamos mexicanos. Yo, que conozco apenas unas palabras en náhuatl, no pude evitar sonrojarme.
Luego de su estreno en pocas, poquísimas, salas independientes, los comentarios a favor de la fotografía y el sonido no se hicieron esperar. Roma es una película que nació para el cine, en toda la extensión de la idea.
No hay mejor entorno para apreciar los detalles y guiños incluidos que en una sala oscura, a tamaño majestuoso y con sonido envolvente. Es esa la mejor forma de sumergirse en el contexto, dejarse atrapar por la historia y formar una comunidad con los otros espectadores.
Puebla contará con algunas proyecciones de la película a partir del 6 de diciembre, días antes de su estreno en Netflix programado para el 14 del mismo mes.
Roma representa una oportunidad sin igual para reflexionar sobre el papel del cine y el arte en nuestras vidas. No se trata únicamente de una forma de entretenimiento. Roma tiene el potencial de sacudir los prejuicios y costumbres de una sociedad como la nuestra, que puede exhibir rasgos racistas alarmantes.
Así que si tienen oportunidad, la recomendación es que busquen asistir a alguna de las proyecciones en salas de cine para disfrutar de una obra de arte que es, al mismo tiempo, un llamado para regresar al debate público uno de los temas que nos urge abordar como sociedad: la visibilidad de los grupos minoritarios que existen en nuestro país.
