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Abigael Bohórquez, foto tomada del sitio: http://festivalortiztirado.gob.mx/la-poesia-de-abigael-bohorquez-presente-en-faot/
Abigael Bohórquez, foto tomada del sitio: http://festivalortiztirado.gob.mx/la-poesia-de-abigael-bohorquez-presente-en-faot/

 

Poesía reunida e inédita de Abigael Bohórquez se presentó en Cananea

Carlos Sánchez

Es la golondrina. Su vuelo un poema. Se eleva, ala, parece estática y sin embargo el movimiento no cesa.

Es la poesía en el viento. Cananea. Son los versos en la Biblioteca Buenavista del Cobre. Es la palabra que reseña la deidad de Abigael Bohórquez. El poeta.

Josefa Isabel Rojas Molina (cuánto ritmo en un solo nombre), poeta de apellido, evoca el día aquél del año noventaicinco, octubre para ser precisos, cuando Abigael Bohórquez, en este mismo sitio, eligió leer poemas de Navegación en Yoremito.

 

“Porque de pronto el poeta miró hacia el cristal de la ventana y en ella el reflejo de las cabecitas blancas como espectadores”.

 

Josefa Isabel atisbos de la nostalgia. La elocuencia sobre la actitud y esa manera de ir por la vida de Abigael de quien ya se presenta su más reciente publicación: Poesía reunida e inédita, compilador Gerardo Bustamante (Ed. ISC 2016). Por eso la biblioteca inunda espectadores. Y en su momento éstos toman la palabra, desmenuzan un poema, comparten sus inquietudes. La postergación de la tertulia.

Josefa Isabel reconstruyendo la primera vez de su mirada sobre la mirada de Abigael Bóhorquez. Y dice que fue allá en Caborca, la tierra del vate, en un viaje de estudiantes, desde la Escuela de Letras de la Universidad de Sonora. “Y lo descubrimos todos, y fue revelador, su manera de hablar, siempre con su provocación, siempre retando, esperando que iba a responder uno”.

El misticismo, el misterio que encierra en nombre del poeta. La poesía misma en voz de Carlos Sánchez que soy quien ahora escribe, porque parodiando al Bohórquez, si no lo digo yo, nadie lo dirá. Ocurrió anoche, lo reitero, en la Buenavista, mientras afuera hacía noche, había viento.

Luego vino el espacio ese ante el silencio que obliga el momento posterior a la culminación de los versos leídos de ese biográfico poema que por nombre lleva Desazón.

Porque cómo es que la vida toda cabe en un poema. Y cómo es que el poema desgarra tanto, de honestidad tanta. De lo que ignoramos quienes ahora lo leemos.

Dice Juan Francisco Portillo, uno de los espectadores, también lector, también escritor, que Abigael Bohórquez contiene en su historia el compromiso social, sostiene Francisco que con sus ojos miró al poeta manifestarse en solidaridad de los maestros, allá en los setenta, cuando éstos luchaban por sus ideas y dignidad. La vigencia de la lucha es similitud del viento que no cesa.

Este comentario lo esboza cuando ya todos escuchamos la lectura de Menú para el generalísimo. Las imágenes todas como un recuento del ejercicio del poder implacable, el crimen gubernamental, la cerrazón psicópata de quienes las mandan cantar.

Mariana Gallejos, quien es hija de Josefa, tiene dieciséis años de edad, cursa la preparatoria, desde hace mucho la poesía cursa por su mirada, su pensamiento, su emoción. Lectora contumaz, sabe para qué están hechos los libros, entiende que los versos son para sentirse. Los siente y los dice.

Frente a los espectadores utiliza su voz y exalta:

 

Vengo a estarme de luto porque puedo. / Porque si no lo digo / yo / poeta de mi hora y de mi tiempo, / se me vendría abajo el alma, de vergüenza, / por haberme callado. / Qué natalicio nuevo de la ausencia, / qué grave el día, / qué turbio el sol / apenitas ayer abeja de oro, / qué viento de crueldad este domingo, / qué pena. / Pero está bien; / en este mundo todo está bien: / el hambre, la sequía, las moscas,  el appartheid, la guerra santa, el Sida, / mientras no se nos toque a Él; / Ese no cuenta, / simplemente está Allá, / loco de risa, / próspero de la muerte, / agusto.

 

Un aplauso, o muchos. La felicidad se dibuja en las miradas. Una sonrisa, todas las sonrisas. Porque esta noche es poesía. La reunión que nos convoca el Bohórquez con su obra completa que ya circula.

Afuera el viento y una golondrina otra vez.

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