Cierta tarde que algo dije

Abigael Bohórquez es un niño que rebasa los cincuenta años, con sus huaraches de vaqueta le he visto recorrer los surcos que construyó con sus manos. Lo he mirado también sonreír mientras dice un poema de memoria. La satisfacción de la palabra le alumbra los ojos.

Estatua de Abigael Bohórquez. Foto tomada de Entre Todos