Mentiras que no te conté, breve entrevista con Elma Correa
Entrevista | En el momento exacto, ahí estaba Antonio León cuando anunciaron a Elma Correa como XX Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola. ¡La desta lo hizo de nuevo!
Entrevista | En el momento exacto, ahí estaba Antonio León cuando anunciaron a Elma Correa como XX Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola. ¡La desta lo hizo de nuevo!
Por Antonio León
Mexicali, Baja California, 27 de agosto de 2021 [03:05 GMT-5] (Neotraba)
Estoy con Elma Correa y le acaban de marcar para comunicarle que es la ganadora del XX Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola, convocado por la Universidad de Guadalajara. Para las poquísimas personas que no la conozcan, Elma es una narradora maravillosa, una maestra gritona, una amiga sobreprotectora y una gestora cultural que siempre anda metida en el ajo.
El libro se llama Mentiras que no te conté y es una colección de cuentos marca de la casa: personas tristes en situación de más tristes, situaciones descacharrantes y absolutamente verdaderas, desastres esperando ocurrir, salidas en banda y chistes para sentirse mal de tanto reír.
Tras el aviso, gritamos y caemos para atrás como personajes de Condorito. Lo primero que se me ocurre es llevarla a beber hasta ponernos absurdas y hacerle estas preguntas sesudas al calor de las cervezas para muchacha delgada que nos estamos bebiendo.
Antonio León. Un narrador que conozco decía que “necesitaba recolectar vivencias para recrear historias”. Sabemos que lo anterior es pura basura, pero quiero hacer la referencia para iniciar esta charla. ¿Es la mentira no contada la nueva vivencia? El que no inventa, ¿revienta?
Elma Correa. Necesitamos inventar para soportar la realidad, que cada vez es más espantosa.
AL. ¿Quiénes son tus mentirosos de cabecera?
EC. Lorrie Moore, Boris Vian, Mariana Enríquez, Alejandra Costamagna, Fernanda Trías, pero también mis amigas narradoras: Ana Fuente, Ana Nicholson, Liliana Pedroza, Bárbara González, Gaby Conde, y bueno, un montón de morras mexicanas que escriben increíble.
AL. ¿Qué debe tener una buena mentira para ser contada?
EC. Intriga y gatitos.
En los cuentos que conforman este libro aparecen personas solitarias, personas cuya única compañía es el lector. Hacemos cosas absurdas, al igual que algunos de estos personajes. Somos empáticos con ellos y cómplices en sus andanzas.
AL. ¿Cuál es el proceso mediante el cual nacen los pobladores de las historias que nos presentas?
EC. Son morras norteñas neuróticas, tristes, inadaptadas, pero con amigas y creo que eso las salva porque también es lo que me salva a mí.
Aunque no es un libro autobiográfico, ya sabemos que yo soy una morra norteña neurótica, triste, inadaptada.
AL. ¿Por qué situar estos cuentos en el norte?
EC. Porque durante demasiado tiempo estuve en un punto intermedio lleno de tibieza: me creí eso que el centro se inventó sobre sí mismo y pensé que tenía que ser una narradora “universal” o por lo menos intentarlo, porque tampoco quería caer en la exotización ni ser encasillada como una autora norteña, entonces situaba mis historias en lugares sin nombre con características poco reconocibles. Igual con el lenguaje: me esforzaba porque fuera neutro, sin localismos, etc… y pues era muy agotador y tampoco me sentía cómoda, no sentía que los cuentos transmitieran lo que yo quería de verdad y ya, me harté.
AL. En la transmisión, en la que te anunciaron como ganadora del Arreola, lo dijiste: ocho meses, ocho cuentos. ¿Eres así, una escritora cabalística, sistemática y mágica-musical?
EC. *Risas* No, para nada, la verdad es que estaba muy nerviosa y no me acordaba ni de cuántos cuentos son ni de cuánto tiempo me llevó escribirlos, así que mentí. Después revisé y sí son ocho cuentos. También, pensando con más calma, puede que sólo haya escrito cinco en esos ocho meses, los otros tres me llevaron alrededor de dos años y diferentes tratamientos para llegar a su versión final.
AL. ¿Qué significa para ti ganar este premio?
EC. Cuentas pagadas, vestidos bonitos y fiesta con las personas que más quiero, pero también es un incentivo de otro tipo, me hace querer leer y escribir más y mejor.
AL. Eres maestra de escritura y maestra de asignatura. ¿Piensas poner orden en tus clases diciendo “guarden silencio, yo gané el Arreola”?
EC. OBVIAMENTE.
AL. Accidentes que deben parecerlo, mentiras que no se han contado… ¿en qué momento vas a elucubrar algo sin que sea un entramado maquiavélico, Elma Correa?
EC. Jamás.
AL. Me gustaría que, para terminar este numerito, nos contaras una mentira.
EC. Están bien bonitas, me caen muy bien, qué padre todo lo suyo.