Llegada la hora.
Zaira Eliette Espinosa escribe sobre la novela "Llegada la hora" de Karla Zárate: Polunsky la prisión donde los criminales tarde o temprano les hace ver su suerte la camilla de ejecución.
Zaira Eliette Espinosa escribe sobre la novela "Llegada la hora" de Karla Zárate: Polunsky la prisión donde los criminales tarde o temprano les hace ver su suerte la camilla de ejecución.
#Librosquesuenan
Por Zaira Eliette Espinosa (@zairaee)
Puebla, México, 30 de agosto de 2019 (Neotraba)
“Los condenados de Polunsky, la prisión de máxima seguridad de Texas, no viven treinta días al mes, sino un día treinta veces. Para ellos las veinticuatro horas del día son una sola, cíclica, interminable”. Así comienza uno de los treinta y un capítulos de la novela Llegada la hora de la escritora mexicana Karla Zárate.
En su libro Texas Death Row, Executions in the Modern Era (El corredor de la muerte en Texas, ejecuciones en la era moderna), Bill Crawford registra que desde que se reinstaló la pena de muerte en Texas en 1976, han condenado a muerte a más de 390 prisioneros, hombres y mujeres, y registra además sus casos a detalle, sus últimas palabras y alimentos y vuelve a abrir el debate sobre la pena de muerte en los Estados Unidos.
Llegada la hora, desde el ángulo de la ficción se acerca a ese fondo terminal, se aproxima a las entrañas de Polunsky, el lugar que retiene a los criminales y que tarde o temprano les hace ver su suerte en la camilla de ejecución. John Guadalupe, el protagonista, es quién tiene en sus manos la última orden de alimentos que el criminal tendrá a su alcance.
El cocinero de la muerte, relata las sensaciones de poder ante la última voluntad de un convicto, el entorno de sombras y certidumbre que se percibe, porque eso sí, el final de cada reo es inminente.
Hijo de inmigrantes michoacanos, John Guadalupe es la estampa del chicano que ni es de aquí ni es de allá, pero ahí está. Viviendo dos culturas, su madre cruzó la frontera y llegó con él en su vientre a Eden, una población de Texas mayoritariamente hispana.
La novela es un esbozo de viaje, de trayecto de vidas en diferentes regiones de México, la frontera, las pequeñas ciudades que cobijan tradiciones y sus yacimientos de violencia, tanto de un lado como del otro.
Como si fuera parte de un recorrido del Museo de la Prisión de Texas, la novela menciona personajes históricos reales como Margie Velma Barfield y Karla Faye Tucker, las primeras mujeres en ser ejecutadas. O el famoso caso de Josefa “Chipita” Rodríguez, que 122 años después de haber sido ejecutada el gobierno tejano admitió no haberle dado un juicio adecuado para demostrar su inocencia.
Zárate nos abre el cuadro siniestro que existe en la jaula mayor, en la prisión de máxima seguridad, donde los empleados también son prisioneros de otra índole. Toma con toda libertad el lenguaje chicano con mesura, sin saturar al lector, lo suficiente para guachar el entorno que hace a John Guadalupe lo que es: otro condenado a su entorno.
Llegada la hora, tiene curas, pandilleros y mafiosos, asesinos, narcotraficantes, curanderas karankawas, activistas, entre otros personajes que mantienen viva la historia con sus historias de frontera no solo geográfica, sino también, esa delgada línea que se vislumbra en la mirada de los convictos, los límites entre estar vivo o estar muerto.
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Llegada la hora, Karla Zárate. Dharma Books, 2019