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Hermosillo, Sonora, 24 de junio de 2024 (Neotraba)

Imperio (CECUT, 2023) es el título del libro con el cual la escritora Julia Melissa Rivas Hernández (Hermosillo, Sonora, 1981) obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven Raúl Rincón Meza en 2021 y, como han establecido ya otros reseñistas de la publicación –tal es el caso de Rossángeli García Ramírez y Manuel Parra Aguilar–, se trata de un conjunto de poemas en el que se puede apreciar el talante experimental y una compleja relación entre la escritura y la biografía de la escritora brasileña Clarice Lispector, con cuya obra la autora consigue entablar un diálogo inquisitivo en el que no escatima mostrar la voz que indaga en la obra y los hechos sino, también, aquella (otra) que responde desde una forma de experiencia que funda en la lectura.

Así, lo primero que pienso destacar es el tono poético en este libro. Si bien, en un sentido general, el tono refiere a la actitud que la autora toma hacia el tema que aborda en su escritura, es asimismo un elemento de la composición que nos da cuenta de un ánimo o un estado de cosas en una obra determinada, algo a lo que llegamos gracias a una lectura donde prestemos atención a las palabras y al lenguaje, lo mismo que a la longitud del verso o el uso de las palabras. No debe pasarse por alto que el tono crea efectos de sentido que pueden vincularnos emotivamente con lo escrito y, en este caso, el discurso poético en Imperio conduce directamente a la obra de Lispector y nuestra memoria afectiva (con respecto a dicha obra), pero a eso suma su constante extrañeza ante la creación literaria, considerada como esperanza de “un nuevo reino” al cual se traslada quien expresa en estas líneas que tal destino no semeja sitios conocidos y el recorrido hacia él se espera “con misterio y convicción,/ con todos mis sentidos,/ y con mi cuerpo,/ y con mi último soplo de vida…” (y en estas palabras finales, de modo certero y eficaz, se encuentra el guiño con el que la poeta hace coincidir el título de la obra y lo que nos dice, en un mismo espacio lingüístico).

De igual forma, en el tono es donde damos con la raíz de la experiencia lectora que Imperio logra transmitir; por un lado, un ámbito donde la reflexión es constante y se conjuga con elementos reconocibles de la vida cotidiana, asimismo, se aleja de la velocidad y la trepidación, el ritmo fluye y atrapa, la escritura nos ofrece con parsimonia y claridad lo que expresan largas frases que revelan en la profusión léxica (soberbiamente contenida) una imagen concreta respecto de la pesquisa poética que da la impresión de irse desvelando de forma progresiva. En algunos casos, dos objetivos pueden relacionarse: el tiempo y la materialidad; como en algunos poemas de la sección de textos en prosa (reunidos bajo el grandioso título de “Casi de verdad”):

“En la trayectoria de regreso encontraré el indicio: nada perdura.

Porque la realidad me espera, y es a ella adonde voy”.

En estos términos, bajo la sentencia imperiosa del verso se cuestiona de forma intermitente la condición de quien escribe y una experiencia poética en la que “cualquier tiempo y lugar,/ imaginario o no, se puede escribir”. Estamos ante un ejercicio muy bien logrado de –a falta de mejores términos– usurpación y transfiguración, el cual ocurre de forma continua conforme se recorren las páginas de Imperio, un hábitat perfecto para que Clarice Lispector se torne motivo y presencia en el lenguaje (algo que no es nada sencillo de lograr), gracias a las citas, las alusiones o la memoria incesante de lo vivido. Leer este libro es tanto un reto como algo placentero, Julia Melissa Rivas convoca y hace posible que nuestra impresión de la lucidez sea –como refiere la propia autora de ‘La pasión según G. H.’– la de “un cálculo matemático perfecto que, sin embargo, no se necesita”, a pesar de la enorme claridad. Imperio es un libro fenomenal, una inmersión en las posibilidades de la poesía y la imaginación que, por fortuna, no pierden la brillantez de su discurso y el talante crítico.


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