Hatewölf

Por Lalo Hernández (@copia_chafa)

Puebla, México, 28 de febrero de 2023 [00:10 GMT-6] (Neotraba)

Algunas semanas de este mes pasaron y se sintieron bastante pesadas. En un parpadeo el día lunes te das cuenta de que has llegado a un viernes y no sabes en qué se te pasó el tiempo, solo que te has dedicado a escuchar música mientras los clientes te reclaman por algún pedido erróneo. El teléfono suena constante: “mándame la merca por express antes de las 2 para que me llegue mañana en la mañana”, “te pedí tres de este modelo y me llegó uno de otro y dos más que no son”, “entonces quiero un cambio o un reembolso”.

Por suerte, la música siempre te salva de aquel otro infierno que es lidiar con clientes, errores comunes que llevan a una negociación, ganar-ganar sería lo mejor –como te enseñan en las clases de administración– pero a veces para el emprendedor solo hay dos factibles: Ganar-perder o perder-perder.

Mientras todo eso pasa, suena un motor que acelera y un chirrido de llantas, me imagino en el escenario de alguna película de Mad Max, parado en medio de una carretera interminable justo en la nada de un desierto, y alguien grita:

“adrenalina, pisa a fondo
Ruedas de fuego, pisa a fondo
Toma venganza, pisa a fondo”

El último de los V8 es un tema de una banda toluqueña de speed metal combinado con D-beat. Este tema viene en un pequeño demo de cuatro canciones en formato cassette y por título Wasteland Wolves; temas que van sobre carreras en un mundo post apocalíptico, donde todo se apuesta pues ya no hay nada que perder. Me podría equivocar al decir que parte del pensamiento de la banda se parece como al de Lemmy Kilmister: “Born to lose, live to win”.

La banda se integra por Dan, Adrián y Panke, quienes han tenido una buena aceptación por los fanáticos del género en el que se desenvuelven, si bien se han presentado ya en diversos lugares dentro y fuera de Toluca, también se han incorporado en festivales como el Punkytud.

Hatewölf suena a la banda sonora de alguna película postapocalíptica, donde después de haber caído una bomba atómica y arrasar con todo, lo único que queda son las carreras de autos, una rebelión para tomar el control de aquellos restos de urbanidad convertidos en polvo y esqueletos de acero.