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Portada de la galería, por Ale Librada. (Clic en la imagen para acceder a la Galería)
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Por Ale Librada

Mexicali, Baja California, 01 de abril de 2020 (Neotraba)

El mes de marzo está por concluir. Justo mientras escribo esto, suena en el fondo la voz del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México. El periodo de suspensión de las actividades no esenciales en todos los niveles para reducir la movilidad de las personas en el espacio público ha sido aumentado. Ahora las medidas son un poco más rigurosas en comparación con las de hace un par de días cuando, el mismo funcionario, encarecidamente repetía tres veces la frase “quédate en casa”, muy al estilo de un decreto new age o de una estrategia neurolingüística.

Llevo rato con una sensación premonitoria casi paranoide de amenaza latente. Una escurridiza y rastrera pesadez que serpentea en vaivén, que entra y sale de mi cuerpo, dándome momentos de tranquilidad y aparente optimismo junto a otros de absoluto temor e histeria contenida. Seguro que lo mismo le ha sucedido a mucha gente, un efecto compartido a causa de este hilo que ya nos atraviesa de manera global. He desistido de hacer conteo acumulativo de mis días en distanciamiento social.

A diferencia de otras regiones en el mundo, aquí llevamos poco tiempo. “Apenas empieza esto” dicen, pero creo ya se ha sentido el impacto atravesando todas las clases sociales, géneros, condiciones y contextos en el país. “Tratar de mantenerse presente” es la consigna individual. Me pregunto si la meditación sería suficiente, cuando ni siquiera tengo la voluntad para meditar. Mas allá de la visualización o de cualquier otro ejercicio asociado al mindfulness, reconozco a la única cosa que me ha dado cierto grado de estabilidad mental-emocional a mi alcance: imaginar.

Yo imagino, tú imaginas, todes imaginamos. La lógica es fomentar la capacidad de la creatividad exponencial mediante la exposición a estímulos externos de manera (auto)didáctica, profesional o no, con el objetivo de producir. Imaginar para crear, crear para hacer. ¿Qué implicaría para estos momentos, donde la productividad y la perpetuidad de los modelos con los que operan las sociedades actuales parece ponerse en crisis, el utilizar la imaginación y fomentar el proceso creativo sin algún fin en concreto? ¿Qué significaría verdaderamente imaginar sólo con el mero fin de permitir que la percepción del tiempo sea menos agitada? Nuestra relación con las imágenes puede ser contraproducente: a veces, y en el peor de los casos, podemos saturarnos y sobre-estimularnos.

Hasta estos momentos ya he leído de diversas publicaciones en línea que lo más recomendable para mantener una sana administración del tiempo en casa es generarse una rutina equilibrada en hábitos constructivos, tareas esenciales, tareas de trabajo y actividades recreativas o de ocio. En esta ultima categoría me parece que la tendencia es volcarse a las pantallas durante horas. Yo lo he hecho y seguro tu también. Parece más evidente mientras lees esto, horas antes de llegar a esto, y lo más probable es que después de cerrar esta pestaña también. Pasamos inadvertidamente lo suficiente como para llevarnos a los sentidos una enorme cantidad de imágenes con el afán de distraernos.

Reconfiguremos el propósito por un momento: que el consumo audiovisual, textual y en general, de todo aquello que entendamos por “cultura”, sirva para diluir la sensación de confinamiento autoimpuesto por la responsabilidad civil y la “recomendación” del Estado. El sentido de supervivencia se agudiza. Nuestros poros están bien abiertos. La sensibilidad es una red de pesca que puede atrapar bancos descomunales de anhelos y mundos alternos procedentes de la imaginación; derivados del absurdo, de la pulsión, del erotismo; de la manifestación incesante de las ideas y la narración de paisajes en donde poder apreciar nuevos horizontes.

*

Atendiendo a esta invitación, les compartimos una iniciativa concebida súbitamente tras varios días de “distanciamiento social”. Conformada hasta el momento por más de 85 viñetas de historias en mi cuenta personal de Instagram, la “Galería de la Imaginación Anti-Confinamiento” consiste en una presentación expansiva que por ahora se contiene en dicha red social.

Perfil de Instagram
Perfil de Instagram (Clic en la imagen para acceder a la Galería)

La elección de fotografías, capturas de pantalla, gifs, registro de obra artística, tracks musicales y videos, ha surgido de la dinámica que mantengo con mi amigo Pastizal Zamudio (Mexicali, B.C.) en conversaciones vía Messenger. Nuestro intercambio me parece pertinente porque mas allá de la relación afectiva que mantenemos, el ejercicio de compartirnos aquello que nos resulta interesante, divertido, poético o estéticamente disruptivo, se ha vuelto como una herbolaria para el alma. Todavía no sé con exactitud cuándo detendré el crecimiento de la galería o si la adaptaré en otros formatos. Por ahora lo más sensato es dejar que esta especie de “curaduría” se siga alimentando de lo que pueda proveerle, hasta que así lo desee.

Muestra de la galería.
Muestra de la galería. (Clic en la imagen para acceder a la Galería)
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Sobre la autora:

Artista multidisciplinar cuya obra se ha mostrado en exhibiciones individuales y colectivas dentro y fuera de México: “Todos Somos Putos”(2010) en Mexicali Rose, Mexicali; “Radical Localism”(2012) en Artist Space, Nueva York; “Límite, Transmutación y Pureza”(2015) en Escritorio de Procesos, Mexicali; “Where Is Life To Be Found?”(2019), Chingada Gallery, Portland. Seleccionade un par de ocasiones en bienales estatales y nacionales: 3era Bienal Nacional de Arte Visual Universitario convocada por la Universidad Autónoma del Estado de México; Mención Honórifica en la 6ta Bienal Fotográfica de Baja California. Ha colaborado en una diversa cantidad de proyectos autogestivos en el noroeste del país, tales como Operador de Arte en Tijuana; los espacios HOSTAL Arte Contemporáneo y La Rumorosa en Mexicali, y fue miembro fundador del colectivo Fundación Wanna Winnie, activo de 2009 a 2012 en la misma ciudad. Su trabajo se enfoca principalmente en las relaciones entre cuerpo, identidad, espiritualidad y texto. Además de ser artista, Ale es terapeuta en masaje, practicante de tarot, y prefiere el uso del pronombre inclusivo o el femenino que el masculino.

Ale Librada.
Ale Librada.

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