Entrevista a Bernardino Cerqueda Pliego.

Por Óscar Alarcón (@metaoscar)

Puebla, México, 29 de diciembre de 2019 (Neotraba)

Bernardino Cerqueda Pliego es reconocido por realizar dibujos y pinturas en 3D. Nacido en Izúcar de Matamoros, Puebla, la enseñanza de la pintura y el arte la ha realizado en el Centro de Capacitación Industrial (CECATI), en el Consejo Tutelar y el Centro de Readaptación de Puebla. En 2019 fue invitado a pintar un mural titulado “Lengua madre universal”, para conmemorar la integración de estudiantes de lenguas originarias a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. El mural se pintó con la técnica 3D en el segundo piso de la Biblioteca Central de la institución. La entrevista se llevó a cabo el 28 de noviembre de 2019, días antes de la inauguración. El mural puede visitarse de manera gratuita, pues la Biblioteca está abierta los 360 días del año, las 24 horas del día.

Óscar Alarcón. Háblenos de su formación.

Bernardino Cerqueda Pliego. Soy maestro jubilado de los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI) de la ciudad de Puebla, después de 32 años de servicio. Puedo decir que soy lírico, mi especialidad era dibujo técnico industrial.

Impartí cursos en el Centro de Readaptación Social de San Miguel, en Puebla. Ahí, vi una necesidad. Impartí dibujo técnico, posteriormente dibujo publicitario. Pero yo decía que hacía falta algo más que eso. Algo en donde los muchachos pudieran fluir en ideas y todo lo que pudieran expresar artísticamente. Hice la propuesta de dar pintura.

Los cursos anteriores solo los había trabajado dos horas a la semana porque era el tiempo que ellos tienen considerado para que los reclusos puedan estar controlados. Cuando les propuse el curso les dije “Quiero trabajar con ellos 5 horas”. Me dijeron que era imposible, que no se podía. Me dijeron que conocían el comportamiento de los internos y después de dos horas comenzaban a tener problemas.

Se reunió el Consejo del Centro de Readaptación Social para ver si era posible y fue la misma respuesta: no se puede. Les dije que si no me daban la oportunidad de impartir el curso como lo proponía, yo me retiraba. Les pedí que me dieran por lo menos una semana para intentarlo, me dieron luz verde con la condición de que me pusieran dos custodios en la puerta para prever cualquier situación. Cuál sería la sorpresa que después de las clases, los internos se quedaban después de 5 horas de estar trabajando. Tenían que ir a retirarlos del área escolar para llevarlos a su celda.

Hicimos una corriente artística muy importante en el Centro de Readaptación. Ganamos 7 menciones honoríficas a nivel nacional en un concurso que se hace cada año, que se llama “David Alfaro Siqueiros”. Sus trabajos se expusieron en Bellas Artes y eso empezó a causar ruido en ellos y ver que podían trascender.

Yo les decía “la libertad está en su mente, esas bardas que ven ahí no existen, pueden llegar tan lejos como ustedes quieran”, lo tomaron así y se motivaron muchísimo para seguir trabajando. Teníamos limitaciones en cuanto al material, recursos, tenía que llevarles pinceles, en particular yo les llevaba pintura, y logramos hacer una corriente interesante.

Tengo cartas de agradecimiento en donde hacen mención de cómo salieron de los problemas que tenían. Muchos de ellos empezaron a pintar de manera peculiar para tener un medio de ingresos. Hay muchos casos especiales. El promedio que tenía era de 20 a 25 alumnos.

ÓA. ¿El arte funciona para la reinserción social?

BCP. Creo que es una de las mejores formas de reintegrarlos. Iba a dar un curso como experiencia propia –porque antes ya había dado un curso en el Consejo Tutelar de Menores– y después de ello las autoridades me mandaron a solicitar al medio educativo en el que yo trabajaba para que fuera a apoyarlos en este tipo de cursos. Iba por un solo curso y me terminé quedando casi 7 años.

Cuando me preguntan en dónde aprendí a pintar, a manera de broma, les digo que en la cárcel.

A mí me ayudó mucho, detonó en una práctica que no había ejercido desde hace muchos años. Comencé a pintar de manera muy propia a partir de unos lentes que me regalaron. Mi obra está en tercera dimensión. Es totalmente plano lo que se ve y ver el efecto en 3D es una cuestión virtual. Sabemos que la tercera dimensión es un volumen con tres medidas, aquí vemos el efecto de los planos –primero, segundo y tercer plano. Soy el único a nivel internacional que está haciendo esta técnica.

ÓA. ¿En San Miguel es donde desarrolla esta técnica en pequeño formato para después ir al gran formato?

BCP. En el Centro de Readaptación Social comencé a trabajar y a enseñar lo normal, lo que todo mundo hace: desde paisajes, floreros, frutas, bodegones pero no enseñaba algo fuera de lo común.

He trabajado artesanías, hice varios calendarios aztecas en arena volcánica, pintados de una manera muy especial. Sé de antemano que esas obras están en lugares como Malasia, Japón, Estados Unidos, Israel, Argentina, Francia, Italia, porque eran algo diferente. Cuando comencé a trabajar muchos compañeros se dedicaban a hacer reproducciones de Disney y me decían “es que lo haces no se vende”. Y yo era el que más vendía como obras de arte, ya no como artesanías.

Cuando me reincorporé a mi centro educativo, un alumno me regaló un par de lentes y de una manera casual me encontré con la técnica de 3D porque estaba haciendo una mezcla de colores.

Al usar estos lentes me doy cuenta que los colores saltan, brincan, se elevan unos con otros. Y entonces me pongo a hacer un estudio y análisis de los colores para saber cómo aplicarlos y ahí surge esta técnica de la tercera dimensión.

Estos lentes venían con un logotipo de Africam Safari. Yo le preguntaba al muchacho para qué habían servido y me di a la tarea de investigar: los usaron para ver con luz negra a los arácnidos. Los lentes son especiales para esto. Llegué a pensar que los lentes que se usan en el cine podían llegar a servir para mi obra. O estos lentes para el cine, pero tampoco. Son propios para este tipo de obra.

ÓA. Es pintura acrílica, pero, ¿cómo logra el efecto?

BCP. Esa es la parte interesante. Tengo más de 300 cuadros. He hecho exposiciones a nivel nacional, tengo algunos reportajes en televisión y en el lugar donde fui más cuestionado fue en Oaxaca porque tienen grandes artistas, me decían que de dónde había copiado esta técnica. Les dije lo que le acabo de explicar: el encuentro casual con los lentes.

Me preguntan si es pintura especial y no, es la pintura que todo mundo utiliza, pinturas acrílicas. Solo que vamos aplicando veladuras de manera secuencial que poco a poco se van integrando y vamos haciendo el tercer plano, el segundo y el primer plano. Los colores fríos van al fondo y los colores cálidos van al frente. En la parte intermedia es en donde empiezo a experimentar y logro en algunas figuras dar el volumen de un cuerpo, logro levantar de manera cóncava o convexa la pintura.

Todo ha sido producto de una experiencia en la que un cuadro me lleva a otra y ha sido muy gratificante esta técnica, y ahora esta obra.

ÓA. Para este mural que realiza en la Biblioteca Central de la BUAP, ¿cómo escogió el tema? ¿Tuvo la libertad de escoger el tema?

BCP. Fui invitado a un evento que se realizó en la BUAP: la integración de las comunidades indígenas a nivel universitario. Fue una experiencia maravillosa ver a gente de provincia, con jóvenes con una preparación de altísimo nivel.

El título de este mural es “Lengua madre universal”, es el tema que va quedar plasmado con motivo de ese evento. Es testimonio donde vamos a integrar la vírgula de la palabra. Una madre siempre integrará al niño: se ve como si jugaran a la pelota con nuestro mundo.

ÓA. Desde hace algún tiempo se dejaron de pintar murales, ¿qué significa para usted pintar este en la BUAP?

BCP. Es algo muy importante dentro de mi carrera a la que estoy entrando. Es un orgullo tener un espacio como esta Biblioteca, es un lugar que se me brinda para dejar plasmado y trascender. Soy poblano y me siento orgulloso de ello. A veces piensan que no somos capaces de hacer este tipo de obras, que marquen una diferencia, que hagan innovación, que dejen un mensaje. Es un orgullo muy especial. Espero que sea el inicio de varios murales que realicemos en Puebla y fuera de aquí, porque la obra que tengo está para ir más allá de las fronteras de México. Esta obra impacta a un niño, a un joven y a un adulto, cuando ven la luz negra, que es con lo que se ilumina esta obra.

El universo de los pintores es muy grande. Hay muchos jóvenes con una calidad increíble y maravillosa. Me siento orgulloso y satisfecho de ser yo quien realice esta obra en la Máxima Casa de Estudios.