¿En verdad se me va a estigmatizar por estar vivo?
Gilberto Aca Pérez es arquitecto y se contagió de COVID-19. Nos cuenta cómo cambió su vida a partir de esta enfermedad.
Gilberto Aca Pérez es arquitecto y se contagió de COVID-19. Nos cuenta cómo cambió su vida a partir de esta enfermedad.
Por Óscar Alarcón (@metaoscar)
Puebla, México, 18 de julio de 2020 [00:20 GMT-5] (Neotraba)
El COVID-19 es un invento del gobierno. Repite cien veces una mentira y se volverá verdad. Sin embargo, todo mito se disipa cuando nos enteramos de que un conocido o un familiar se infectó. El COVID-19 es mucho más serio de lo que pensamos. Pareciera ser que nos son suficientes los videos que circulan en las redes en donde muestran la saturación de nuestro sistema de salud, con la atención no especializada a pacientes que llegan por montones; tampoco los testimonios de gente que no puede ni siquiera caminar porque al menor esfuerzo físico el oxígeno falta. Y qué decir de la intubación, en donde hay una invasión de las vías respiratorias para ayudar a que el paciente reciba oxígeno, pues por sí mismo es imposible.
Un virus que ha matado a millones de personas no puede ser invento de un gobierno.
Gilberto Aca Pérez es arquitecto. Nos conocemos desde hace más de 20 años. Estudiamos juntos la preparatoria. Somos como hermanos. Desde que nació ha vivido en Huejotzingo y el 13 de febrero de este 2020 cumplió 41 años. Trabajó para una de las empresas que construyeron el segundo piso de la autopista México-Puebla, que se finalizó en 2016. Pueden pasar temporadas largas sin que nos hablemos por teléfono, pero cuando lo hacemos, no importan los meses que pasaron de silencio, la relación de amistad se mantiene.
El 10 de julio recibí un mensaje suyo en donde me pide que me cuide y que no minimice las medidas de higiene: “Me contagié de COVID hace alrededor de 20 días, en este momento me encuentro estable y en mejoría, mi familia se encuentra bien, al parecer no hice estragos”.
Ojalá que todo aquel que se contagia de COVID-19 tuviera la misma suerte con la que corrió mi amigo.
Óscar Alarcón. Esta enfermedad estigmatiza socialmente en un grado muy elevado, ¿por qué decidiste que no querías mantener el anonimato en esta entrevista?
Gilberto Aca Pérez. No es algo que me importe, no al menos en este momento, el que se me señale por haber contraído COVID-19 y por sobrevivir. ¿En verdad se me va a estigmatizar por estar vivo?
Si fuese estigmatizado sólo mostraría la desinformación y el nivel de ser humano que me señalara. El tiempo, a corto plazo, mostrará la vulnerabilidad que todos tenemos.
ÓA. ¿Cuáles fueron los pensamientos que cruzaron por tu mente cuando te enteraste de que tenías COVID-19?
GAP. Lo primero fue en muerte, fragilidad, tristeza, impotencia, miedo, incertidumbre de cómo lo contraje, incluso culpa por poner en riesgo a mi familia.
Conforme pasaron los días y no incrementaron o intensificaron los síntomas, no podía sacar de mi mente el que pude contagiar a mi familia.
Por fortuna no fue así, la paz llegó a mi mente, si bien seguimos expuestos, haremos todo por cuidarnos.
ÓA. Sabemos que los síntomas pueden variar de persona a persona, ¿cuáles fueron los síntomas que presentaste y que te hicieron sospechar que tenías COVID-19?
GAP. Así es. En mi caso dolor en espalda, cuerpo cortado, cansancio, fiebre y diarrea.
ÓA. Tengo entendido que estabas llevando una cuarentena estricta, ¿tienes alguna idea de cómo fue que te contagiaste?
GAP. Efectivamente, desde el inicio de la pandemia, procuré acatar las indicaciones de sana distancia, resguardo en casa –salir lo mínimo y por cuestiones necesarias únicamente–, medidas de limpieza; sin embargo, lo contraje.
Desconozco donde me contagié, pero eso hoy no tiene importancia, no lo sé ni lo sabré y considero desgastante el intentar averiguarlo.
Aprender y aceptar la vulnerabilidad, tengo tranquilidad de no haber propagado de modo irresponsable la enfermedad a alguien más, ya que no me reuní por cuestión social.
ÓA. ¿El coronavirus es un volado?
GAP. No. Dice un refrán: “Cuando te toca, aunque te quites y cuando no te toca, ni aunque te pongas”, diría que es una rifa, por el hecho de estar vivo tenemos un boleto, hay quienes con sus acciones y actitudes al no cuidarse compran más boletos, sin duda tienen más posibilidades de contraerlo. Pero todos estamos en riesgo.
ÓA. ¿Qué piensas de la gente que cree que el COVID-19 es un invento del gobierno o de la que anda por la calle sin usar cubrebocas, sin la sana distancia y que rompe el confinamiento?
GAP. Que está bien, muestra su idiosincrasia y capacidad, no me corresponde juzgar o etiquetar.
Solo pienso y siento que es una falta de cuidado y respeto, hacia su persona, familia, y toda persona que se cruce en su camino.
ÓA. Más allá de la preocupación por tu salud, que ya es una situación desagradable, ¿cómo afectó el COVID a tu familia?
GAP. Anímicamente a todos nos afectó. El estrés que provocó fue muy alto, de igual modo sobresalió la fortaleza con el tiempo, no para todos, hay quien desafortunadamente conserva el miedo.
Modificamos e incrementamos nuevos hábitos de limpieza y alimentación, que considero permanecerán.
Estar cerca, pero aislado del resto, comer, convivir tras una barrera que intenta protegerlos genera tristeza.
ÓA. ¿Cómo cambió tu percepción de la vida, por ejemplo, cómo ves a tu hija ahora?
GAP. Intensificó mi parte sensible, valoro aún más el tiempo, convivencia, y afectos. Mostró la fragilidad que no tenía presente, sin duda ajustó y confirmó prioridades en mi vida.
ÓA. ¿Consideras que hubo un cambio en tu espiritualidad después de que te recuperaste de COVID-19?
GAP. Sí, incluso antes de estar a salvo por la enfermedad, mi sentido de gratitud a Dios, a la vida, familia, amigos, y al médico que me atendió, por la oportunidad de vivir hasta ese momento, al día de hoy por permanecer vivo y saludable según las condiciones, sé que no todos lo lograremos.
ÓA. ¿Cómo te mantenías ocupado mentalmente durante los días de aislamiento para estar fortalecido?
GAP. El apoyo principal fue mi familia, el deseo de vivir.
Mi capacidad de concentración disminuyó enormemente, gran parte del tiempo estuve dormitando y estuve disperso, no podía dedicar tiempo continuo a alguna actividad, preferí distraerme en banalidades, así como enfocarme en momentos completamente espirituales en los que agradecía y pedía por la salud de quienes aprecio. Viendo memes.
ÓA. ¿Hubo algún momento en el que sentiste que podrías no recuperarte?
GAP. Sí, claro que sí, hubo incertidumbre, entendía muy bien que no hay un tratamiento a la fecha que pueda asegurar la recuperación, aun cuando se me detectó daño moderado en pulmones sí tuve miedo. Conforme los días pasaron me mantenía estable, y comenzó la mejoría.
ÓA. ¿Qué es la muerte para ti?
GAP. El dejar de existir en este plano, en esta realidad. El renunciar o que te quiten aquello que amas y no poder continuar. En sentido religioso, una transición.
ÓA. ¿Tienes alguna opinión política de la forma en la que se están llevando a cabo el confinamiento por parte del gobierno?
GAP. Si, que la sociedad como muestra de rebeldía, molestia e ignorancia, no ha atendido los protocolos sugeridos, como sociedad e individuos somos libres y responsables de nuestro bienestar.
La adversidad es la falta de condiciones previas y actuales para lograr esto, no visualizo una mejora hasta que unidos tomemos acciones dirigidas hacia el bien común.
ÓA. ¿Cuál es el rumbo que tomará el país después de la epidemia de COVID-19?
GAP. Se establecerá a una nueva forma de vivir sin duda, creo que entre más tardemos en aterrizar en la realidad en la que ya estamos –esto porque pareciera que tantos aún están papaloteando–, demorará y habrá mayor daño a todos los niveles.
Ante toda situación siempre hay quien sobresale y quien queda cubierto, creo que esto es por las circunstancias de vida en todos los ámbitos. Nos corresponde asumir responsabilidad y comenzar a adaptarnos.
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Un abrazo grandeeee para ti Gil y otro para ti Óscar.
Gil, me alegra saberte recuperado y listo para continuar!
Óscar, gracias por compartir tan amorosa y respetuosa entrevista!