El verdadero rock and roll
Revista Sputnik | Alejandro Carrillo nos platica sobre Charly García, figura clave del rock argentino.
Revista Sputnik | Alejandro Carrillo nos platica sobre Charly García, figura clave del rock argentino.
Por Carlos Iván Carrillo
Aguascalientes, Aguascalientes, 29 de marzo de 2021 [00:01 GMT-5] (Revista Sputnik)
Hace veinte años —el 3 de marzo del año 2000—, el verdadero rock and roll se lanzaba a una alberca desde una habitación en el noveno piso del Hotel Aconcagua en Mendoza, Argentina. Justo un día después de haber tocado en un espectacular concierto junto a Mercedes Sosa y Nito Mestre, y horas después de haber generado una riña en un bar donde él y su culto, whisky de por medio, habían ido a celebrar el éxito del recital. Mira el tamaño de esos huevos, es Charly García, señores.
Los que me conocen saben que tiene poco tiempo que exploro el vasto universo del rock argentino. En realidad todo empezó el mes de diciembre de 2018 en una de esas tantas ocasiones en que mi pareja —ahora ex— me citó en una plaza comercial aplicando el clásico “tenemos que hablar”. Se habló lo que se tenía que hablar y me quedé vagando en una Bodega Aurrerá dando vueltas por los pasillos y por mi cabeza, evitando estacionarme en el corredor de vinos y licores para no caer en la tentación. Así que opté por abstraerme en el botadero de DVD’s de $15.99 pesos y entre tanta paja encontré el Charly García – En el Coliseo 50 años y no dudé en llevarlo.
Hasta antes de este momento había sido estúpidamente radical en cuanto al rock sudamericano y siempre fui muy chilensis. Pero con Charly me llegó luego Serú Girán, Sui Generis, Spinetta, Aznar, Tanguito, Divididos, Ratones Paranoicos, Estelares y así se me fue todo el año. En diciembre de 2019 pude compartir con una súper banda argentina que visitó México y me recomendaron la discografía que me ha robado los primeros meses de este 2021.
Fue curioso encontrar que una cantidad importante de las canciones que en los dosmiles sonaban como hits en México y que fueron interpretadas por diferentes monstruos del pop como Julieta Venegas, Paulina Rubio, Enrique Iglesias o Diego Torres —por mencionar algunos— fueron compuestas por Roberto Fidel Ernesto Sorokin, alias Coti, rosarino de 46 años con una larga e impresionante carrera musical; en los 90 empieza a escribir canciones para otros artistas, a chambear con Andrés Calamaro como su guitarrista de estudio y a producir a algunos de los personajes más importantes del rock latinoamericano. Pero es hasta el 2001 donde decide armar su propio álbum de la mano del multi-premiado productor Cachorro López y desde entonces no ha parado de ser uno de los músicos más prolíficos de la música argentina. Dejo aquí una playlist con canciones imprescindibles de Coti:
https://open.spotify.com/embed/playlist/7L3BHirdS2kOfLFv5aNgvR
Sin embargo, la rola de “El Bob Dylan latino” (según Andrés Calamaro) que he desgañitado en las últimas pedas con mis amigos es, curiosamente, un folk tompettiano en el que Coti graba todos los instrumentos excepto un pedal steel atmosférico que interpreta magistralmente el guitarrista catalán David Soler. Me bastó escuchar una vez la línea “Yo toco en una banda de mi amigo el verdadero rock and roll, habló de sus amores, de sexo y de la locura, de drogas y del tiempo en que volteaba dictaduras” para saber de quién estábamos hablando; hay contados personajes en la historia de la música que le han plantado cara a dictaduras militares, en los setentas y ochentas Carlos Alberto García Moreno lo hizo y venció.
La neta “El verdadero rock and roll” es un rolón, y el del bigote bicolor no merecía menos. Se cuentan muchas anécdotas sobre Charly, como cuando niño increpó en pleno recital al emblemático Eduardo Falú para decirle que la quinta cuerda de su guitarra estaba desafinada o la vez que —compartiendo escenario con Sting, Bruce Springsteen y Peter Gabriel— dice “acá el jefe soy yo”. Lo cierto es que el homenaje que Coti Sorokin hace a García con ésta canción (incluida en su álbum Malditas canciones) es “un agradecimiento a lo que él le dio a los músicos de mi generación y un homenaje a alguien que le dio mucho a la música nacional”.
La canción tiene una carga nostálgica cabrona y que además finaliza con una frase del tema “Aprendizaje” de Sui Generis cuando Charly se burlaba de la doble moral burguesa: “aprendí a ser formal y cortés cortándome el pelo una vez por mes”. Según Sorokin al componer la canción él pensaba en:
Una declaración de principios y a la vez un homenaje a lo que para mí es el verdadero rock and roll. Él llora más que grita y dice más de lo que canta. Él nos ha enseñado que la rebeldía no es un tesoro exclusivo de la adolescencia, que la utopía está más viva en las canciones de nuestros maestros que en los panfletos…
Como músicos y creadores hay mucho que aprender y reflexionar al respecto, pues como dice Coti “Es tener la cabeza abierta porque hay más rock and roll en el tango, en el flamenco o en el jazz de lo que creemos a simple escucha. Charly fue uno de los que nos enseñó que el verdadero rock and roll es aquella música que se deja influenciar por el tango y por muchísimas otras músicas, y que no es un compartimiento estanco…”; yo estoy convencido que la canción tiene que verse, de manera obligada, como un género, de la forma en que lo hacen estos dos gigantes y trabajarla haciendo a un lado el purismo rocanrolero. Pongo el tema en la mesa.
¿Es Charly García el verdadero rock and roll? Sí y Coti también, say no more. Aquí la rola:
Esta nota se publicó originalmente en Revista Sputnik:
http://www.sputnikdos.com/2020/03/el-verdadero-rock-and-roll.html