El espacio en tu biblioteca que el Cómic debió ocupar desde siempre
Caravana | Una columna sobre cómics, ¿habrá algo más que pedir? Reivindicar su espacio en nuestras bibliotecas es lo que pide Blanca Sosa en el estreno de su espacio.
Caravana | Una columna sobre cómics, ¿habrá algo más que pedir? Reivindicar su espacio en nuestras bibliotecas es lo que pide Blanca Sosa en el estreno de su espacio.
Por Blanca Sosa (@Sorcere_16)
Ciudad de México, 09 de septiembre de 2020 [01:05 GMT-5] (Neotraba)
Hasta hace poco el mundo audiovisual era visto con desdén por parte de un círculo de los autodenominados literatos e intelectuales de nuestros tiempos. Aún recuerdo los años en donde las pláticas sobre las películas o cómics de moda atraían las miradas recelosas de los que se creían puros y castos en su consumo cultural. En ese entonces no había si quiera alguna discusión sobre el tema; la cuestión era clara: ninguna novela gráfica o cómic estarían a la altura de una novela ultra galardonada, producto de la mente de las rimbombantes plumas que tantos nos hemos afanado por encumbrar en un altar.
Probablemente, muchas veces yo misma adopté esa postura de sabelotodo hasta que tuve el tiempo de quitarme los miles de prejuicios y absorber todo tipo de productos culturales. La novela gráfica y el cómic llegaron al último, pero llegaron a tiempo y con tanta potencia como para consolidarse de manera definitiva en mis gustos personales.
Los términos de Cómic y de Novela Gráfica son usados de forma indistinta y, aunque existe un gran debate sobre la diferencia entre uno y otro a través de su origen histórico, podríamos concluir que se trata más que nada de una diferencia Editorial. Mientras que el cómic está pensado para ser publicado en diversas entregas, muchas veces con miras a llegar a un gran público en poco tiempo; la novela gráfica tiene un target mucho más específico, a su vez, está pensada como una entrega única y la mayoría de las veces auto conclusiva.
El término de Novela Gráfica apareció en 1978 del siglo pasado para referirse a la obra Contrato con Dios de Will Eisner. En esta obra, Eisner exploraba temas profundos como la muerte, la frustración y la desesperanza. Este momento se puede fijar como uno de los más importantes, pues permitió que temas normalmente no explorados en las tiras cómicas a profundidad, tuvieran un espacio reservado para desarrollarse.
La mayor fortaleza de la novela gráfica reside en su naturaleza que es a su vez gráfica, literaria y hasta cinematográfica. El reto de un buen cómic no sólo reside en contar una historia entretenida, profunda o que lleve al lector a identificarse con sus personajes y protagonistas: también se basa en la construcción de un mundo, donde los personajes tienen formas definidas y a construir dentro de ese mundo escenas visuales de una calidad tan alta que el lector pueda fácilmente visualizarlas en movimiento.
El arte del cómic combina la creación de arcos narrativos sólidos, así como una identidad visual que es difícil hallar en otro medio impreso. Lo que se pensó como su mayor debilidad fue su mayor fortaleza: las ilustraciones, usualmente asociadas con la infancia y los programas para niños, se convirtieron en su mayor virtud, una característica que consolida al cómic como una obra integradora de medios expresivos y técnicas diversas.
Actualmente, el cómic experimenta un resurgimiento, impulsado por nuevas narrativas y por artistas de gran talento; una segunda oportunidad ante el mundo para darle el lugar que siempre merecieron en nuestros anaqueles de cultura. El uso de las imágenes, y la necesidad de innovar a través de ellas, le permite al comic explorar de manera mucho más libre sobre terrenos técnicos e imago-narrativos, los caminos que ni el cine ni la foto se atreven a explorar de lleno.
De la misma forma, la presión de las grandes productoras, las tendencias culturales y los presupuestos estrechos, obligan a que muchas narrativas, historias desde otras voces, no tengan una salida a través de los medios tradicionales. No así en el cómic o la novela gráfica, donde abundan historias diversas, y donde los creadores gozan de una libertad creativa que las mantiene a la vanguardia en ese terreno. Posiblemente el otro medio más libre que el cómic sea el del Fanzine, otro medio que podríamos explorar más a fondo en las siguientes entregas de esta columna.
Por éstas y muchas razones, me parece importante quitarnos de una vez por todas la parafernalia intelectualoide y conservadora que muchas veces nos impide disfrutar de un contenido de alta calidad sólo porque su medio se aleja de lo tradicional. Yo los invito a iniciarse en este mundo y a reservar un espacio íntimo en sus librerías personales para la Novela Gráfica; los invito también a darle una oportunidad a este medio para dejarse llevar por un compendio de talento narrativo-visual propio del género. Por el momento bien valdría echarle un ojo a las siguientes recomendaciones para iniciarse en el mundo de la novela gráfica y el comic: