Dos semanas después, pocos en casa.
Han transcurridos 15 días desde que se hizo la recomendación para que la población permaneciera en casa, sin embargo, la gente no se resguarda.
Han transcurridos 15 días desde que se hizo la recomendación para que la población permaneciera en casa, sin embargo, la gente no se resguarda.
Pascual Borzelli Iglesias / Óscar Alarcón (@metaoscar)
Puebla, México, 30 de marzo de 2020 (Neotraba)
Han transcurridos 15 días desde que se declaró la suspensión de clases –no vacaciones– y la recomendación para que la población permaneciera en casa.
Los números cambian día a día. El primer caso de COVID-19, un hombre de 35 años que viajó al norte de Italia, fue reportado el pasado 28 de febrero; se declaró estable y está en la Ciudad de México. Los familiares y otras personas que estuvieron en contacto son investigadas y se encuentran en aislamiento domiciliario sin mencionar cuántos son.
Hoy se reporta que cerca de mil personas –993– están infectadas; el aumento es de más de 100 casos por día y el país se acerca a la fase de crecimiento exponencial acelerado. Los casos sospechosos son 2,564. La cifra de muertos en México es de 20 al momento de publicarse la nota.
El 5 de marzo en la ciudad de Puebla, Puebla, se realiza una manifestación de estudiantes, que es considerada como la más grande en la historia de la entidad, se calcula que, entre 50 mil, según los cálculos oficiales más conservadores, y 150 mil de acuerdo con los organizadores, participaron. A solo seis días después del primer caso de COVID-19.
El 8 de marzo, nueve días después de la alerta de la llegada del COVID-19 a México, se realiza la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, con miles de personas participando codo con codo –sin lo que hoy se conoce como la sana distancia– y sin ningún tipo de alerta sanitaria.
La enfermedad afectaba a varios países y en México se esperó a la declaración de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), que la hizo el 11 de marzo.
En 12 días la enfermedad se esparce desde China por Italia, Francia, Alemania, España y Estados Unidos de América (EUA) y el resto del mundo; para tratar de contenerla se declaran las medidas de aislamiento obligatorio y el cierre de fronteras. En estos momentos se ha esparcido globalmente y se declara que el aislamiento será de varios meses.
En México surgen preguntas, por qué transcurrieron tantos días para la primera recomendación, por qué el Consejo General de Salubridad no reacciona a partir de las evidencias de esparcimiento mundial y nacional de la enfermedad; por qué la autoridad no sigue su propia recomendación de aislamiento y por qué el sábado se afirma que de no quedarse en casa, para controlar el virus, no se evitará una situación catastrófica como la que afrontan países europeos y EUA, porque se “alcanzará el punto en que la transición deja de ser lenta para ser extremadamente rápida”.
Algunos gobiernos estatales y municipales se han adelantado y van más rápido que la autoridad sanitaria federal, pero no ha sido suficiente. Falta la declaración de aislamiento obligatorio para permanecer en casa, salvo las personas que tengan alguna actividad sustantiva en la sociedad.
El propio gobierno se contradice: mensajes de quédese en casa, de un funcionario menor, con el cargo de vocero y el del titular del régimen federal que en cuanta oportunidad tuvo durante 15 días declaraba que salieran, que la vida continuaba, que vayan y compren en los mercados, coman en los restaurantes, o fondas, o taquerías, para poder apoyar a los más humildes o a los que no tienen empleo formal.
Se debe insistir que es momento de mantener e incrementar la sana distancia, proteger a las personas mayores y grupos de mayor riesgo, mantener la suspensión de todo tipo de actos públicos, de actividades laborales –que implique movilizaciones de personas– y las escolares a partir del 20 de abril, el cierre de restaurantes, el lavado de manos y la protección al toser y estornudar.