Por Rosana Ricárdez.
Tiempo
Tú no perdonas.
No eres un doctor,
sólo me ayudaste a creer que eras necesario.
Y te creé.
Yo te creé.
Y odié cuando comprendí que te había creado, que ya eras parte de mi pueblo, que en otros lados lograron escapar de ti y que entonces sólo ellos eran diferentes a nosotros. Que ellos eran los condenados. Tú los mataste. Aun en esa tierra árida, olvidada, tú no perdonas.
Tengo miedo.
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Locura
Y la locura volvió a levantar su ala
Nunca tuvo fecha de caducidad
Pero, ¿y si yo estoy ahí?
Yo
Yo
Yo