Por Edgar de la Cruz.
Las enfermedades también implican cambios en la alimentación, y no solo porque andes malito y te tomes tu caldo de pollo. Tal como la gripe aviar golpeó al principal productor de huevo en México (Jalisco), ha provocado que el desayuno de un montón de mexicanos se vea un poco variado y empiecen a consumir otros alimentos en la primera comida del día.
Entre especulaciones y verdades, el precio del huevo se elevó, cosa que no tardó en llegar a las redes sociales con imágenes “graciosas” y frases un tanto cómicas pero como todo chiste, pierde su gracia después de un rato.
En el norte y otros estados más arribita de Puebla los precios son exagerados, por lo que las importaciones -que conllevan un gran número de trámites- quieren llevarse a cabo y si bien se han logrado, no se ha visto una mejora. Dicen que van a dar sanciones administrativas e incluso penales a aquellos que venden los blanquillos tan caros. Veremos qué sigue.
Y el cocinero acalorado sigue con los estudios, aunque algo inconforme con el instituto que obliga a contar como aciertos en los exámenes de cocina, los valores de la escuela, su misión y visión, entre otras cosas, mientras que la teoría que proponen enseñar no entra en las interrogantes a calificar. Sin embargo, conociendo más para platicarles de lo que aprende.
*En mi universidad también han limitado el uso de huevo en algunas preparaciones.
Para su antojo, les comparto algunas imágenes de lo que he preparado:
Hola, soy Edgar y les recomiendo comer vaquita.