Banqueteros con Nicole Schiaffini
Somos la generación del momento fugaz, tomamos algo y lo amamos con todo lo que tenemos hasta que encontremos lo que sigue. Una charla divagada y banquetera con Nicole Schiaffini.
Somos la generación del momento fugaz, tomamos algo y lo amamos con todo lo que tenemos hasta que encontremos lo que sigue. Una charla divagada y banquetera con Nicole Schiaffini.
Por Juan Jesús Jiménez (@_JuanJ_Jmnz_)
San Andrés Cholula, Puebla/Lugar desconocido, tal vez la luna, 21de septiembre de 2020 [00:01 GMT-5] (Neotraba)
Ya era tarde cuando pasó la entrevista, casi las ocho y justo los profesores habían mandado tarea para los primeros días de la siguiente semana, así que de cierta forma fue una entrevista a contra reloj. Aun así, las respuestas que obtuve fueron bastante interesantes y completas: del divague como un bosque.
Juan Jesús Jiménez. Muy bien, para empezar derechos y con buena letra, ¿quién es Nicole Schiaffini?
Nicole Schiaffini. Bueno, si te refieres a quién soy en un sentido literal podría decirte que soy hija única de Ignacio Schiaffini y Cristina Ruiz. Hablando más profundo creo que aún no lo sé complemente… No creo que nadie pueda saberlo con certeza, pero trato de encontrar mi camino en el mundo, una forma de dejar una huella positiva en el mayor número de personas y creo que eso es la base de quién soy. O de lo que quiero ser.
JJJ. Eso es interesante, uno usualmente da respuestas cortas para cosas largas, y esta ni se queda corta ni es larga. La siguiente pregunta, ¿cómo definirías la palabra “divagar”?
NS. Podría señalarte mi respuesta anterior supongo: creo que divagar es dejar que el pensamiento vaya por los caminos que el subconsciente escoja hasta que te lleve a unos nuevos. Muchas veces más profundos que el inicial.
JJJ. ¿Como un buzo?
NS. No, más bien lo veo como un gran laberinto que en realidad es un bosque y sigue un patrón que no alcanzamos a comprender del todo.
JJJ. ¿Alguna vez te has adentrado en él?
NS. Sí, creo que todos lo hacemos de vez en cuando, es sano y es la mejor forma de entenderse a uno mismo. Aunque se vuelve cada vez más complicado con todas las distracciones que la modernidad –la vida misma– nos brinda.
JJJ. ¿Dirías que uno debe enfocarse para divagar o que divagar es producto de no estar enfocado en algo?
NS. Creo que divagar es producto de soltar a la mente. No puedes forzarla. A veces empiezas pensando en la letra de una canción y terminas recordando tu cumpleaños número 10 por ejemplo. O aquella frase que te gustó mucho en una película termina llevándote a pensar en una examen que reprobaste. No creo que necesites enfocarte para divagar pero creo que si puedes evitarlo al concentrarte en esas pequeñas salidas que no requieren que las pienses más de 15 segundos.
JJJ. ¿Salidas?
NS. Sí, los celulares pueden ser un ejemplo de ello. Solo te enfocas en lo que tienes delante, en lo que te presenta el dispositivo, quizás un meme, una canción o algo por el estilo. No necesitas analizarlo más, lo sujetas un segundo y después deslizas hacía abajo listo para la siguiente publicación ya olvidando lo que decía la primera. Aunque claro, también puede hacerte pensar si estás dispuesto a parar el suficiente tiempo. El problema es que muchas veces, después de un largo día lidiando con tus problemas no quieres hacerlo.
JJJ. Óscar de la Borbolla, hace ya algunos meses antes de la pandemia, comentaba algo parecido acerca de nuestra generación, y de la poca atención que le ponemos a las cosas. ¿Crees que esa falta de atención nos haga tener pensamientos más o menos objetivos?
NS. Creo que depende del individuo, siempre lo ha hecho; sin embargo, es cierto que somos la generación del momento fugaz, tomamos algo y lo amamos con todo lo que tenemos hasta que encontremos lo que sigue. El momento en el que vivimos con todos los avances y opciones nos ha hecho eso.
Aunque me gusta pensar que es con las cosas más pequeñas, olvidamos los memes rápido, los sonidos y chistes pueden pasar como rayo sin dejar más que un breve rastro en nuestra memoria y aun así nos mantenemos firmes ante todo el mundo cuando decidimos algo importante como la carrera que queremos estudiar o una causa por la que vale la pena luchar, quizás porque toda esa indecisión y miedo la soltamos en la rutina junto con los cientos de post que vemos.
Creo que todo esa velocidad nos ha hecho poder ver más de un punto de vista, no aceptamos algo como absoluto porque entendemos que el mundo siempre cambia. Definitivamente nos vuelve más objetivos.
JJJ. ¿Cuál crees que sea el lugar donde se divaga más?
NS. Creo que cuando se está apunto de dormir se puede alcanzar ese estado de semi consciencia ideal para ello… Así que comúnmente por la noche en la cama.
Pero al fin y al cabo cualquier lugar es bueno para ello.
JJJ. ¿Lo calificarías como una habilidad?
NS. No sé si lo calificaría así porque creo que es parte de todo ser humano, algo natural, pero dejar que tus pensamientos fluyan aun sabiendo que pueden llevarte a un lugar donde no te guste eso sí lo es. Divagar no lo es como tal, pero permitirte hacerlo sí.
JJJ. ¿Qué opinas de la gente que dice usar el divague como herramienta para el arte? ¿Ser disperso demerita su trabajo? o ¿es indiferente?
NS. Creo que el arte es la expresión del ser humano de la forma más pura de lo que somos: el alma por así llamarlo. Dejar divagar la mente para crearlo es una forma de acercarse a lo que no podemos entender de nosotros pero que está ahí. No creo que lo demerite, quizás lo haga más honesto. Además al crear algo, al menos desde mi limitada experiencia, muchas veces es dejar que eso te guíe a ti y no a la inversa como podría pensarse. La pieza te dice lo que necesitas, lo que le hace falta, luego es solo pulir.
JJJ. ¿Qué experiencia has tenido con el divague?¿Alguna que sea digna de mención?
NS. Creo que parte del divagar, desde mi perspectiva, es no entender cuál fue la línea de pensamiento que te llevó ahí. Me ocurre muchas veces, las dejo pasar y solo me quedo con su principio y final.
Creo que una que podría rescatar –por lo curiosa que fue– es cuando en el cumpleaños de un amigo empezamos a jugar algún videojuego y de alguna forma acabe pensando en que nunca podríamos estar cien por ciento seguros de que nuestra realidad en verdad lo sea, de que siempre, por absurdo que suene, estará la posibilidad de que sea un invento de nuestra mente.
JJJ. Precisamente eso quería tocar, ¿cuál dirías que es el papel de saber divagar dentro de la literatura o dentro de la teatralidad?
NS. Pff, es difícil de explicar porque tanto en el teatro como en la literatura todos tienen pensamientos distintos de lo que implica. Para mí permitirte o saber divagar es poder acceder a una parte de ti que muchas veces está oculta lo que te permite crear o actuar con mayor honestidad, con mayor fuerza. Poder divagar te deja ver todas las opciones que no alcanzas a vislumbrar en pleno estado de conciencia.
JJJ. Y por último, y la pregunta más importante, ¿qué tipo de helado te gusta?
NS. Haré trampa y diré que la nieve de limón.