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Ciudad de México, 13 de agosto de 2024

El jueves 14 de marzo de 2024, presentamos Mauricio Bares y su servidora, Macaria España, mi nueva novela negra Madafakers!, la continuación de Banana Street. En esa ocasión nos acompañaron unos viejos amigos, Alberto Azuara –Beto para los camaradas– y su esposa Irene. Nos encontramos en la librería Rosario Castellanos, sede de este magno evento y al finalizar, después de unos cuantos chistes malos de mi repertorio de presentaciones editoriales, Beto compró ambos libros para leerlos en el orden lector adecuado.

Tengo que admitir que temí a su crítica, por lo que esperaba sus comentarios con cierta ansiedad y después de un par de meses, he aquí su maravillosa reseña sobre mis libros, que consideré obligatorio, compartirles.

De izquierda a derecha Macaria España y Mauricio Bares. Foto por cortesía de Macaria España
De izquierda a derecha Macaria España y Mauricio Bares. Foto por cortesía de Macaria España

Con la noticia de que ya leí las dos partes de Banana Street de Macaria España, publicadas por Nitro Press, publicadas en 2020 y 2024, respectivamente. Las disfruté.

No es fácil echarse .5 o un capítulo completo y detener la lectura. Muchas veces sentí curiosidad por lo siguiente.

Queda en mí como un relato sobre lo que nace en nuestros cuerpos ante la violencia y la opresión. ¿Cuántas veces no quisiéramos volarle la cabeza a un@ que otr@ pendej@?, ¿hay que pasarnos de verga?

Los escenarios de Banana, me parece, es la realidad de muchos mexicanos y otras personas, trata temas de migración, corrupción, crimen organizado, impunidad; sin embargo, como el cielo, siempre está en este relato un sentir humano ante el poder puerco y abstracto de las estructuras sociales y ante el poder pitero y práctico de los propios miembros de nuestra comunidad.

¿Qué tan cerca están los culeros de nosotros? ¿Son sólo los políticos, la policía, el crimen organizado los mierdas? ¿Qué tanto tendríamos que convertirnos en ojetes para nivelar la balanza? ¿Somos nosotros mismos unos culeros, nos han orillado a eso, o lo elegimos? Que, ¿si tuviéramos poder, si tuviéramos a la Verga y las habilidades, para acabar con la gente mierda, usaríamos ese poder para salvar el mundo, para vengarnos, para implantar justicia? ¿Existe la justicia o es violencia administrada? ¿En todo esto hay razones o son impulsos de la vida?

Banana Street, no sólo es una historia, es una experiencia, una catarsis. Es, en efecto, una obra de ficción basada en hechos reales, pero su centro de realidad principal, me parece, es el coraje, la ira, el odio, ya sea justificado o no, que hay en los individuos; es la expresión del sentimiento de venganza pasando por el cañón de un arma.

Otra cosa interesante en Banana es que no hay un paisaje esperanzador. Hay buena gente y gente con güevos, pero no un futuro con flores y melodías románticas, no se busca eso. Abre la posibilidad de encontrarse con gente chida, que hace que los momentos valgan la pena y no a la inversa, con un mundo feliz previo donde viva gente positiva. En Banana Street son los momentos de crisis donde la gente chingona se hace notar; de otra forma sería aburrido.

De izquierda a derecha Macaria España y Mauricio Bares en la presentación de Banana Street y Madafakers. Foto por cortesía de Macaria España
De izquierda a derecha Macaria España y Mauricio Bares en la presentación de Banana Street y Madafakers. Foto por cortesía de Macaria España

No estoy acostumbrado al estilo literario de Macaria España, pero encontré frases muy atinadas, que me hicieron pensar y sentir y otras que me hicieron reír bastante. Sentí que la forma de escribirlo está conforme a la historia. El relato mismo es un elemento descriptivo del paisaje donde se desarrolla Banana Street.

No sé si está bien o mal escrito, cosa que no me importa. Banana logró sacarme de la realidad de mi cotidianidad para internarme en la realidad violenta y sangrienta de la vida humana y con eso basta.


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