Poemas de una estudiante de la Licenciatura en Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas y que forma parte del equipo de redacción y logística de la revista “Redoma” y que ahora se publican en la sección que coordina Manuel Parra Aguilar.
Por Anel Guerrero
Zacatecas, Zacatecas, 27 de marzo de 2025 (Neotraba)
Fuego
Así pequeño como el de una vela, el fuego traído de lejos siempre ardió cercano. Hay algo en esa energía llamada calor que no sólo enamora pirómanos y arrulla niños, también enciende pasiones que se visten de colores sin nombre ni memoria, transforma lo incomible y propicia la complicidad del cuchicheo. Es instinto. Volver al rojo nicho, huir del blanco marfil.
Eco (los buenos clichés no existen)
Arete de diamante; fetiche de temporada; camisa favorita mientras baja la panza; el elote que pronto maíz; el calor que luego invierno; fantasía que, camino a realidad, sólo consuelo de la crisis existencial; redención de profeta en desgracia porque en la ideología del mundo cayó mal; nostalgia del privilegio impactada tras el encuentro; escalera del ego; estrado de Narciso; traidora de clase, género y génesis; perra que cual serpiente se arrastra; loca aunque perseguida. Soy, quiero decir, la mancha invisible en el suelo que se sabe vida seca, rendida.
Símbolo
Zafada, tronada, lo que me falta es volver a nacer. No eres tú, soy yo, porque si me derrito no es tanto que seas sol, sino que yo lo que sé es de derretirme hasta con velas, porque nereida fui bautizada y por eso me hice de agua hasta la moral. Disléxica, nunca entendí la lengua, por eso ahora la estudio: un día aprendí a usarla de otro modo. Desde ese día me absorbe la idea de llenarme a costa de lamidas, pues no hay nada más humano que eso ni nadie con más sed de lo humano que yo.
Sobre paraísos perdidos
Cuentan que este jardín no era tan fértil desde la última vez. Afirman luego que pude ser el árbol de la vida, la manzana mordida, que pude ser jugo. El árbol tiene hojas porque lo miran, y aunque lo rieguen de noche, come luz. Pero era, dicen, cuestión de inercia que este paraíso que crecí se pudriera y se lo comieran los gusanos. El tiempo es tiempo el día que lo desgajan, por eso dios lloverá encima y el milagro hará renacer. Solo que ya no seré ni serán, ni será el mundo o el universo. Y esto lo digo yo, aunque ya lo hayan dicho ellos.
Anel Guerrero. Estudiante de la Licenciatura en Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Miembro del grupo cultural “Sonidos de Tinta”, quienes colaboran mensualmente como promotores de lectura en Radio Zacatecas 97.9 FM. Forma parte del equipo de redacción y logística de la revista de publicación trimestral de la Unidad Académica de Letras “Redoma”. Ha apoyado en actividades de logística en el Festival Internacional de Poesía “Ramón López Velarde” en su decimosexta y en su decimoséptima edición.
