Por: Juan Nico Becerra.
Para Martin Zambrano Romero.
Qué hay después del poder y la sexualidad en el Siglo XXI, es el tema central de la puesta en escena Testosterona de Sabina Berman que este 2014 se presentó en el Foro Chapultepec. Ambientada en un escenario frío y minimalista, se trata de un grupo corporativo en el piso 32 donde una mujer y un hombre decidirán contraponer su química con base a un diálogo intelectual, desgarrador, riguroso, fluido y cargado de humor negro, donde el espectador ríe de manera silenciosa y nerviosa pues la acción entre Antonio y Magdalena es de jerarquía, sobre acuerdos basados en la testosterona de un macho que está provocando a una mujer que no termina de determinar su posición laboral, sentimental ni sexual: Miky (Magdalena) es Bisexual.
En una tarde de trabajo del 24 de diciembre cae una terrible nevada en Ciudad de México, los personajes están cara a cara frente a su destino: Antonio, director de un influyente periódico, y la sub directora de contenidos encarnan esta discusión que va subiendo de tono mientras transcurre la tormenta y el cierre de la edición.
El diálogo inicia con temas triviales relacionados a la fecha: la cena navideña, los regalos y los propósitos de un año que está por iniciar. De manera inesperada, Antonio le revela a Miky que debe de proponer a su sucesor para dirigir el diario dado que los pronósticos clínicos auguran pocos días de vida ante una enfermedad incurable. Miky, su alumna en el trabajo, su más ferviente admiradora, se ve acorralada entre el agradecimiento y amor platónico por su jefe y la ambición laboral de ocupar la silla de su maestro, además de competir por la dirección con un mezquino personaje: Beteta.
La doble moral se asoma sin recato alguno como comúnmente sucede en la vida laboral, chismes, competencia desleal, lambisconería; siempre hay intereses propios donde los genitales son el factor determinante para lograr alcanzar escaños y nombramientos.
Hay secretos del pasado que brotan a la luz del escenario: reclamos, reproches, revelaciones, chantajes, confesiones sinceras y un ambiente donde el espectador quiere dar su opinión. Lo que gana al final es la seducción femenina que dinamita la testosterona que su jefe lleva dentro.
Escrita y dirigida por Sabina Berman, con producción de Isabell Tardan y escenografía de Phillipe Amand.
Reparto:
César Évora-Antonio.
Verónica Merchant-Magdalena.