Falta el aire y no se puede respirar. La piel se pone chinita. Cuando eso ocurre es porque tenemos a un muerto cerca. ¿Le ha pasado? De esto y de Tres Cruces de Alejandro Paniagua Anguiano trata la columna de esta semana.
Tres cruces de Alejandro Paniagua ofrece dentro de hojas sanguinarias una construcción de imágenes precisas que brindan un rayo de luz en medio del miedo, la miseria, la orfandad y trasmutan lo amargo en delicia.