Roberto Wong nos ha entregado una novela que se percibe a sí misma y podría ser una Biblioteca de Babel: memoria ramificada, libros infinitos donde cabe el infinito en cada uno, una reseña de Isaí Moreno.
Una novela histórica también es un espejo pues más que enfrentarnos ante una época antigua nos coloca frente a la nuestra y nos la vuelve más emocionante.